Índice
Ghimel La Emperatriz
La tercera lámina, Ghimel La Emperatriz, expresa jeroglíficamente, la garganta, la mano del hombre semicerrada y en actitud de apresar un objeto. De aquí todo lo que rodea, todo hueco, un canal, un cerco.
La garganta es el lugar donde se forma, donde se corporifica, me atrevería a decir, la palabra concebida en el cerebro; así la ghimel es el símbolo del envolvimiento material de las formas espirituales, de la generación orgánica en todos sus aspectos, de todas las ideas que se derivan de los órganos corporales o de sus acciones. La generación es el misterio en virtud del cual el espíritu se une a la materia, y mediante el cual lo divino se transforma en humano. Con estas explicaciones comprenderemos fácilmente lo que representaba Venus-Urania.
El símbolo debe expresar la idea de generación, de corporización en todos los mundos.
Significados y relaciones
JEROGLÍFICO PRIMITIVO: La mano en la acción de asir. (La mano en acto de apretar)
CÁBALA: Binah
ASTRONOMÍA: Venus
DÍA: Viernes
LETRA HEBRAICA: Ghimel (doble)
Dios el Espíritu Santo “Horus”, LA FUERZA ANIMATRIZ UNIVERSAL, iod de vau, vau- vau
Adán-Eva, LA HUMANIDAD, hé de vau, vau- vau
El Mundo, vau de vau, vua-vau, 2ª hé de vau, vau-vau
Una mujer vista de frente
Es en los costados de la mujer que el ser humano se reviste de su cuerpo, se corporifica. La mujer aparece con alas, o bien en el centro de un sol radiante. “Idea de la espiritualidad del principio animador de los seres.” Aprisiona un águila en su mano derecha. “El águila es el símbolo del alma y de la vida (Espíritu Santo).” En su mano izquierda ostenta un cetro, signo astrológico de Venus. “El cetro está sostenido por la mano izquierda para indicar la influencia pasiva que ejerce la naturaleza, Venus-Urano, o la mujer durante la generación de los seres.” Está coronada por una corona de doce puntas o también de doce estrellas. “Signo de la difusión del principio animador a través de todos los mundos y del sol a través del zodíaco.”
La tercera lámina del Tarot muestra el resultado de la acción recíproca de los dos primeros términos que se neutralizan en un mismo principio. Es éste el “elemento neutro” de Wronski, base de cualquier sistema de realidad. La fuerza creadora u Osiris y la fuerza conservadora o Isis se neutralizan en la fuerza equilibrante, que resume en ella las propiedades, tan diferentes, de las dos primeras formas. En Dios será el equilibrio del padre y del hijo, o: Dios el Espíritu Santo HORUS La fuerza animatriz universal.
En el hombre será el equilibrio de Adán-Eva o la humanidad: Adán-Eva La humanidad En el Universo será el equilibrio de la naturaleza naturante y de la naturaleza naturada: El Mundo (concebido como un ser) El principio creador y el principio receptor, habiendo producido por su acción recíproca el principio transformador, crea una entidad completamente nueva. Esta entidad corresponderá a la “segunda hé” del nombre sagrado, y, en consecuencia, indicará la transición de una serie a otra.
Emperatriz los triángulos de Salomón:
El verbo perfecto es el ternario, porque supone un principio inteligente, un principio parlante y un principio hablado.
Lo absoluto que se revela por la palabra da a esta palabra un sentido igual a sí mismo y crea un tercer sí mismo en la inteligencia de esta palabra.
Así es como el sol se manifiesta por su luz y prueba esa manifestación o la hace eficaz por su calórico.
El ternario está trazado en el espacio por el punto culminante del cielo, el infinito en altura, que se une por dos líneas rectas y divergentes al oriente y al occidente.
Pero, a ese triángulo visible, la razón compara otro triángulo invisible, que afirma ser igual al primero; es éste el que tiene por cima la profundidad, y cuya base invertida es paralela a la línea horizontal que va de Oriente a Occidente. Estos dos triángulos, reunidos en una sola figura, que es la de una estrella de seis rayos, forman el signo sagrado del sello de Salomón.
La idea de lo infinito y de lo absoluto está manifestada por este signo, que es el gran pantáculo, es decir, el más sencillo y el más completo compendio de la ciencia de todas las cosas.
La misma Gramática atribuye tres personas al verbo. La primera es la que habla, la segunda a quien se hable y la tercera la de que se habla. El principio infinito, creando, habla de sí mismo a sí mismo. He aquí la explicación del ternario y el origen del dogma de la Trinidad. El dogma mágico, también, es uno en tres y tres en uno. Lo que está encima parece o es igual a lo que está debajo. Así, dos cosas que se parecen y el verbo que manifiesta su semejanza, hacen tres. El ternario es el dogma universal.
En magia, principio, realización, adaptación; en alquimia, azoe, incorporación, transmutación; en teología, Dios, encarnación, redención; en el alma humana, pensamiento, amor y acción; en la familia, padre, madre, hijo. El ternario es el fin y la expresión suprema del amor; no se busca a dos sino para convertirse en tres.
Hay tres mundos inteligibles que corresponden los unos con los otros por la analogía jerárquica: el mundo natural o físico, el mundo espiritual o metafísico y el mundo divino o religioso.
De este principio resulta la jerarquía de los espíritus divididos en tres órdenes, siempre por el ternario. Todas estas revelaciones son deducciones lógicas de las primeras nociones matemáticas del ser y del número. La unidad, para hacerse activa, debe multiplicarse. Un principio indivisible, inmóvil e infecundo, sería la unidad muerta e incomprensible.
Si Dios no fuera más que uno, no sería creador ni padre. Si sólo fuera dos, habría en ello antagonismo o división en el infinito, y esto sería la repartición o la muerte de toda cosa posible. Hay, pues, necesidad de tres para crear de sí mismo, ya su imagen la multitud infinita de los seres y de los números. Así es, realmente, único es sí mismo y triple en nuestra concepción, lo que nos le hace ver tan triple en sí mismo, como único en nuestra inteligencia y en nuestro amor. Esto es un misterio para el creyente y una necesidad lógica para el iniciado en las ciencias absolutas y reales.
El Verbo
El Verbo, manifestaciones por la vida, es la realización o la encarnación. La vida del Verbo, cumpliendo su movimiento cíclico, es la adaptación o la redención. Este triple dogma ha sido conocido en todos los santuarios esclarecidos por la tradición de los sabios. ¿Queréis saber cuál es Ia verdadera religión? Buscad aquella que realiza lo más en el orden divino, la que humaniza a Dios y diviniza al hombre; la que conserva intacto el dogma ternario que encarna el Verbo, haciendo ver y tocar a Dios a los más ignorantes; aquella, en fin, cuya doctrina conviene a todos y puede adaptarse a todo; la religión, que es hierática y cíclica, que tiene para los niños alegorías e imágenes, para los hombres maduros una elevada filosofía, y sublimes esperanzas y dulces consuelos para los ancianos.
Los primeros sabios que han buscado la causa de las causas, han visto el bien y el mal en el mundo; han observado la luz y la sombra; han comparado el invierno con la primavera, la vejez con la juventud, la vida con la muerte, y han dicho: La causa primera es bienhechora y rigurosa; vivifica y destruye.
—¿Hay, pues, dos principios contrarios, uno bueno y otro malo? —se han preguntado los discípulos de Manes.
—No, los dos principios del equilibrio universal no son contrarios, aunque sean opuestos en apariencia; porque es una sabiduría única la que los opone el uno al otro.
El bien está a la derecha, el mal a la izquierda; pero la inteligencia suprema está por encima de ambos y ella hará servir el mal para el triunfo del bien, y el bien a la reparación del mal.
El principio de armonía está en la unidad, y eso es lo que da en magia tanto poder al número par.
Pero el más perfecto de los números impares es el tres, porque es la trilogía de la unidad.
Fohi
En los trigramas de Fohi, el ternario superior se compone de tres yang o figuras masculinas, porque en la idea de Dios, considerada como principio de la fecundidad en los tres mundos no podría admitirse nada de pasivo.
Es también por esto por lo que la trinidad cristiana no admite en forma alguna la personificación de la madre, que está implícitamente enunciada en la del hijo. También es por esto por lo que es contraria a las leyes de la simbólica hierática y ortodoxa de personificar al Espíritu Santo bajo la figura de una mujer.
La mujer sale del hombre como la naturaleza sale de Dios; también el Cristo se eleva él mismo al cielo y asume la Virgen madre; se dice la ascensión del Salvador y la asunción de la madre de Dios.
Dios, considerado como padre, tiene a la naturaleza por hija. Como hijo, tiene a la Virgen por madre y a la Iglesia por esposa.
Como Espíritu Santo, regenera y fecunda a la humanidad. Por esto en los trigramas de Fohi a los tres yang superiores corresponden los tres yig inferiores, porque los trigramas de Fohi son un pantáculo semejante a los dos triángulos de Salomón, pero con una interpretación ternaria de seis puntos de la estrella brillante.
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El dogma no es divino en tanto que no es verdaderamente humano, es decir, que reúna la más elevada razón de la humanidad; así el maestro, a quien llamamos el hombre-Dios; se llamaba a sí mismo el hijo del hombre.
La revelación es la expresión de la creencia admitida y formulada por la razón universal en el verbo humano.
Por esto se dice que en el hombre-Dios la divinidad es humana y la humanidad divina.
Nosotros decimos todo esto filosóficamente y no teológicamente, y esto no toca en nada a la enseñanza de la Iglesia, que condena y debe condenar siempre a la magia.
Paracelso y Agrippa no han elevado altar contra altar y se han sometido a la religión dominante en su época. A los elegidos de la ciencia las cosas de la ciencia; a los fieles las cosas de la fe.
El emperador Juliano, en su himno al Rey Sol, da una teoría del ternario, que es casi idéntica a la del iluminado Swedenborg.
El sol del mundo divino es la luz infinita, espiritual e increada; esta luz se verbaliza, puede hablarse así en el mundo filosófico, y se hace el foco de las almas y de la verdad, pues se incorpora y se convierte en luz visible en el sol, tercer mundo, sol central de nuestros soles y cuyas estrellas fijas son chispas siempre vivas.
Los cabalistas comparan el espíritu a una sustancia que queda fluida en el medio divino y bajo la influencia de la luz esencial, pero cuyo exterior se endurece como una cera expuesta al aire en las más frías regiones del razonamiento de las formas visibles.
Estas cortezas o envolturas petrificadas (nosotros diríamos mejor carnificadas, si fuera admisible la palabra), son la causa de los errores o del mal, que tiende a la pesantez y a la dureza de las envolturas anímicas. En el libro de Sohar y en el de las revoluciones de las almas, los espíritus perversos o malos demonios no son llamado de otro modo que las cortezas, cortices.
Los tres mundos se corresponden conjuntamente por las treinta y dos vías de luz, que son los peldaños de la escalera santa; todo pensamiento verdadero corresponde a una gracia divina en el cielo ya una obra, útil en la tierra. Toda gracia de Dios suscita una verdad y produce uno o muchos actos y recíprocamente todo acto remueve en los cielos una verdad o una mentira, una gracia o un castigo. Cuando un hombre pronuncia el tetragrama, escriben los cabalistas, los nueve cielos reciben una sacudida, y todos los espíritus gritan unos a otros: ¿Quién turba así el reino del cielo? Entonces la tierra revela al primer cielo los pecados del ternario, que pretende el nombre del eterno en vano, y el verbo acusador es transmitido de círculo en círculo, estrella en estrella, y de jerarquía en jerarquía.
Toda palabra tiene tres sentidos; todo acto un triple alcance; toda forma una triple idea, porque lo absoluto corresponde de mundo en mundo con sus formas. Toda determinación de la voluntad humana modifica la naturaleza, interesa la filosofía y escribe en el cielo. Hay, pues, dos fatalidades, la una resultante de la voluntad de lo increado, de acuerdo con su sabiduría, la otra resultante de las voluntades creadas y de acuerdo con la necesidad de las causas secundarias en sus relaciones con la causa primitiva.
Nada es, pues, indiferente en la vida, y nuestras más sencillas determinaciones deciden con frecuencia una serie incalculable de bienes o de males, sobre todo en las relaciones de nuestro diáfano con el gran agente mágico, como ya lo explicaremos.
Siendo lo ternario el principio fundamental de toda la cábala o tradición sagrada de nuestros padres, ha debido ser el dogma fundamental del cristianismo, del que explica el dualismo aparente por la intervención de una armoniosa y todopoderosa unidad. El Cristo no ha escrito su dogma y no lo ha revelado en secreto más que a su discípulo favorito, el único cabalista, y gran cabalista entre los apóstoles. Así el Apocalipsis es el libro de la gnosis o doctrina secreta de los primeros cristianos, doctrina cuya clave está indicada en un versículo secreto de Pater, que la vulgata no traduce y el rito griego (conservador de las tradiciones de San Juan) no permite más que a los sacerdotes pronunciar. Este versículo completamente cabalista se encuentra en el texto griego del evangelio, según San Mateo y en muchos ejemplares hebraicos. Helo aquí en las dos lenguas sagradas:
La palabra sagrada de Malkuth
Empleada por Kether, que es su correspondiente cabalístico, y la balanza de Géburah y de Chesed, repitiéndose en los círculos o ciclos que los gnósticos llamaban Eones, dan en este versículo oculto la clave de la bóveda de todo el templo cristiano. los protestantes lo han traducido y conservado en su Nuevo Testamento, sin encontrar la elevada y maravillosa inteligencia que les hubiera desvelado todos los misterios del Apocalipsis; pero es una tradición en la Iglesia que la revelación de esos misterios está reservada para la consumación de los tiempos. Malkout, apoyado sobre Géburab y sobre Chesed, es el Templo de Salomón, que tiene por columnas Jakin y Bohas.
Este es el dogma Adámico, apoyado, por una parte, en la resignación de Abel, y por la otra, en el trabajo y en los remordimientos de Caín; éste es el equilibrio universal del ser basado en la necesidad y en la libertad, en la fijeza y en el movimiento; es la demostración de la palanca universal, buscada vanamente por Arquímedes. La virtud secreta de los Evangelios está, pues, contenida en tres palabras, y esas tres palabras han fundado tres dogmas y tres jerarquías. Toda ciencia reposa sobre tres principios, como el silogismo sobre tres términos.
Hay también tres clases distintas, o tres rangos originales y naturales entre los hombres, los cuales están llamados a elevarse de lo más bajo a lo más alto. Los hebreos llaman a esas tres series o grados de progreso de los espíritus, _Asiah, Jézirah y Briah.. Los gnósticos, que eran los cabalistas cristianos, los llamaban Hylé. Psique y Gnosis; el circulo supremo se denominaba, entre los hebreos Aziluth y entre los gnósticos, Pléroma. En el tetragrama, el ternario, tomando al comienzo de la palabra, manifiesta copulación divina; tomada al final manifiesta lo femenino y la maternidad. Eva lleva un nombre de tres letras, pero el Adam primitivo está manifestado por la sola letra Jod, de modo que Jehová debería pronunciarse Jevá. Esto nos conduce al grande y supremo misterio de la magia, manifestado por el cuaternario.
3 Ghimel.
Su nombre divino correspondiente es Gadol (Magno). Designa a los ángeles llamados Aralim lo cual significa grandes y fuertes, a los Tronos (mediante los cuales YHVH Elohim sustenta la forma de la materia).
En el árbol de la vida es la esfera de Binah, la providencia y el entendimiento.
El tercero de los nombres es YHVH, este nombre es uno de los más misteriosos de la teología hebrea y expresa una ley natural que a nuestro entender es de las más importantes.
Gracias al descubrimiento de algunas de sus propiedades, hemos podido ofrecer la explicación integral del Tarot la cual nunca había sido expuesta hasta hoy.
Veamos pues la forma como hemos analizado este nombre divino:
LA PALABRA CABALÍSTICA (YHVH, YOD, HÉ, VAU,HÉ)
Si nos basamos en la antigua tradición oral de los Hebreos denominada cábala, existe una palabra sagrada, la cual confiere al mortal que logra su verdadera pronunciación, la clave de todas las ciencias divinas y humanas. Esta palabra nunca es pronunciada por los israelitas y solo el Gran Sacerdote la pronuncia una vez al año, en medio de los gritos del pueblo profanado. Es por otra parte la misma palabra la que se encuentra en la cima de toda iniciación, aquella que irradia en el centro del triángulo flameante en el emblema del grado XXXIII de la masonería escocesa. Y también la encontramos sobre el portal de nuestras antiguas catedrales. Está formado por cuatro letras hebreas y se lee de la siguiente forma: Yod-Hé-Vau-Hé.
En el Sepher Bereshit o Génesis de Moisés, ha servido esta palabra para designar la divinidad, y su construcción gramatical es de tal forma peculiar, que incluye por su misma estructura, los atributos que los hombres han otorgado desde siempre a Dios.
Más aún, veremos en cierta forma la palabra: YOD, HÉ, VAU, HÉ, con lo cual, la letra Hé se repite dos veces.
A cada letra del alfabeto hebreo, corresponde un número, lo cual nos da:
YOD = 10
HE = 5
VAU = 6
El valor numérico total de la palabra YHVY será entonces:
10+5+6+5= 26
La oposición del yo y el No-Yo, es causa inmediata del nacimiento de otro factor, que encarna así la relación existente entre ambos términos.
surge pues la letra Vau, sexta en el orden numérico del alfabeto hebreo, producida por la suma de Yod y Hé (10+5=15, cuya reducción: 1+5=6, que corresponde al valor numérico de Vau: Esta letra significa tejido, relación: es como un tejido que uniera a los antagonistas en toda la naturaleza, y que constituye el tercer término de esta misteriosa trinidad.
Yo–No-Yo= Relación del Yo con el No-Yo.
YHVH
El tercer nombre es YHVH (Tetragrammaton) Elohim.
Corresponde a la numeración de Binah (inteligencia y providencia) y significa júbilo, perdón y reposo, rescate y redención del mundo y vida de los siglos por venir. Se atribuye al espíritu Santo y su influencia se ejerce sobre la esfera de los Tronos (llamados Arabim por los hebreos, o sea, los ángeles fuertes, grandes y robustos), quienes a través de la influencia de Saturno dan forma a la materia fluída. Su inteligencia específica se denomina Zafoiel, quien fue la guía de Noé, y cuenta con otra inteligencia llamada Jofiel, guía de Sem. He aquí pues las manifestaciones soberanas más elevadas, que sirven de Trono a las divinas personas, por cuyo mandato toman forma y llegan a ser todas las cosas. La ejecución posterior se hará por intermedio del ministerio de las otras siete numeraciones inferiores, llamadas por ello los fabricantes.
Con esta letra y número abordamos el sublime y misterioso Ternario. Entramos en los arcanos de la letra Ghimel:
La letra hebrea representa una copa que se derrama o una cápsula vegetal que al abrirse deja caer el grano. La letra del antiguo caldeo o estranghelo representa por medio de un jeroglífico simple e ingenuo, el misterio del nacimiento. En la letra siriaca encontramos ya la G latina, jeroglífico de la serpiente que se muerde la cola, emblema de la generación eterna.
En efecto, el ternario el número de la generación. La unidad es el padre; el binario es la madre y el ternario es el hijo. Uno, es Osiris; dos, es Isis y tres Horus. Uno es el ser; dos es el movimiento; tres es el verbo. Uno es la piedra cúbica o altar; dos son las columnas sagradas; tres es el frontón que une las dos columnas y he aquí el templo primitivo.
El nombre de Dios se completa con tres letras, ya que la cuarta (hé) repite la segunda (hé). Con tres letras se representa también la plenitud de la ciencia masónica L.D.P. Tres letras resumen la ciencia de Salomón.
L.P.D. significa para los profanos libertad para pasar, y se coloca esta inscripción en un puente simbólico que comunica la tierra del exilio con la patria. Para los iniciados simples es Libertad de pensamiento. Para los iniciados de grados más altos es:
LIBERTAD—————–DEBER—————-PODER
Esto iría en un triangulo quedando deber en la punta de arriba.
Aleph, Mem y Thau forman una palabra que se lee Ameth y que significa: la verdad y la paz.
El ternario es la luz puesta de manifiesto en su plenitud. Es la radiante Schechinah de los cabalistas: “El, los Elohim, ha dicho; hágase la luz y la luz se hizo”. Y ahora el ternario nos hace presentir el pentagrama: él 1, los Elohim 2, él ha dicho 3, que se haga la luz 4, y la luz se hizo 5.
El ternario en este caso es positivamente la acción del verbo. In ipso vita erat et vita erat lux hominum et lux in tenebris lucet. Remarque en este caso que el comienzo del Evangelio según San Juan explica la Génesis de la luz con las palabras de Moisés. In principio, 1, !él¡ erat verbum et verbum erat apud Deum el Deus erat verbum. He aquí los Elohim 2, en él fue la vida 3, y la vida fue la luz de los hombres 4, y la luz luce en las tinieblas 5. He aquí la estrella resplandeciente. He aquí el Ser-verdad-realidad-razón-justicia.
He aquí el pentagrama (1) del absoluto. El ternario produce así el número 5 añadiendo uno al doble binario. La reciprocidad de la acción en el binario produce el 4, principio alternativamente activo y pasivo. El análisis de las fuerzas da el 4, la síntesis que produce el equilibrio da el 2, el punto central del equilibrio da el 3 y así podemos comprender el animal jeroglífico que por la mañana tiene 4 pies, 2 al medio día, 3 por la tarde. Sumad los pies de todas las horas, obtendréis el 9, que es el ternario multiplicado por sí mismo.
La figura número 3 en cifras árabes es realmente maravillosa si se la estudia sobre el pentáculo de Tebas.
Es el diámetro horizontal, por consiguiente, el principio generador pasivo de la idea, unida a la circunferencia de la norma por el compás de lo absoluto. No olvidéis que el círculo superior representa la idea o el Cielo, que el círculo inferior representa la forma o el mundo y que los diámetros del gran círculo al cruzarse nos dan la escuadra y el compás, es decir el equilibrio universal y la jerarquía de las proporciones.
Tenemos el enigma de la Esfinge y el plano de Tebas. La adivinanza de la Esfinge resuelta, Tebas abierta.
El ternario divino expresado por las tres primeras letras del tetragrama significa padre-madre-amor. El padre fue llamado Abba por los cabalistas. A la madre la llamaron Imma; el amor no tiene nombre, es inefable pero se simboliza por el soplo sagrado llamado Ruach-Elohim. En la Cábala cristiana primitiva se sustituyó la madre por el hijo, para separar de la idea divina todo lo relativo a lo pasivo y subjetivo.
En efecto, considerado como providencia o como madre, Dios es siempre activo. En él, dice el Zohar, no hay parte bastarda; todas las ideas que tienen que ver con la mujer, aparte de su ternura maternal, deben ser alejadas de la concepción de Dios. Por otro lado, aquí la carne no significa nada, todo es espíritu y verdad. El pensamiento divino se funda en su verbo y este verbo es su hijo co-eterno y co-sustancial. El amor que les une es el Ruach-Elohim de los Cabalistas; es el Espíritu Santo de los Cristianos. Por otro lado, todo en Dios es absolutamente uno. No admite ni cantidad ni tiempo, ni número. Las personas, o hipóstasis divinas, son los Sephiroth, es decir, las nociones divinas. Todas estas nociones, todas estas distinciones son para nosotros.
Del mismo modo el nombre de Jehovah no está escrito en el segundo cielo, el de los conocimientos humanos o cielo de Yetsirah. En Áziluth Dios no tiene nombre y se le suele designar con esta palabra: eieie, él es.
Vea ahora cómo todos nuestros sabios de pacotilla y nuestros teólogos de escuela se rompen la cabeza para entender cómo 3 no son más que 1, y cómo en cada uno de los tres se encuentran y existen realmente los otros tres, lo que se denomina la circuncisión de las personas divinas, lo que nos daría, en caso de necesidad, nueve personas en lugar de tres; y en efecto hay en la Cábala nueve Sephiroth que representan tres veces las tres nociones perfectas de la unidad. Todo esto no es más que absurdo y tinieblas para la ignorancia razonable, pero es la luz más dulce, y la más simple de las concepciones para la verdadera fe.
El número 3.
La tercera sephira, o Triada, es una potencia pasiva femenina llamada, Binah, el entendimiento, a la misma altura que Chokman, porque chokman es como dos líneas paralelas que nunca se tocan ——- ——– (I chin) en el espacio, y que carece de valor hasta que el 3 conforma un triángulo. Con la tercera Sephira. También se llama (AMA), Aima, la Gran Madre productiva, que se encuentra eternamente unida al Padre, (AB)(Aleph y Beth), para mantener al universo en orden.
Ella es la forma más evidente por la cual podemos conocer al Padre, y merece toda dignidad y honor. Es la Madre Suprema, a la misma altura que Chokmah, la gran obra femenina de Dios, los Elohim, en cuya imagen y semejanza fueron creados hombres y mujeres, de acuerdo a las enseñanzas de la cábala, iguales ante Dios. La mujer es igual al hombre, nunca inferior, a pesar de que los cristianos lo hayan querido ver así. Aima es la mujer descrita por Apocalipsis (capítulo XII). A esta tercera Sephira también se la llama el Gran Mar. A ella se la atribuyen los nombres divinos Elohim y Yehovah, Elohim; y la orden angélica (ARALIM), Aralim, los Tronos. Ella es la madre suprema, y nunca debe ser confundida con Malkuth, la madre inferior la esposa, la Reina.
Sacerdotisa Ghimel: El santo Ángel guardián obligado al auto-sacrificio y al equilibrio. La Triada, lo Sólido, derivado de la suma de 1 y 2. Materia. La inteligencia Divina. La Madre. El alma, el 3 reconcilia al 2 y al 1, aquí tienen lugar las aspiraciones a la divinidad. Es tan receptivo, como el 2 transmisor. La existencia un título de Kether. Observad 3 x 7 = 21 También (IHVH), las tres primeras letras activas de IHVH. El número místico de Tiphereth.
No perdáis la oportunidad de saber más y apuntaros al Curso de cábala oculta en el Tarot donde aprenderéis a interpretar todo esto, su simbología, el número pitagórico, alquimia, física cuántica y mucho más.
→ Ver la siguiente carta 4 Daleth El Emperador
Esta información esta hilada de las siguientes Obras:
- La Cábala tradición secreta de occidente (Papus)
- Curso de filosofía oculta sobre la cábala y los números (Eliphas Levi)
- Dogma y ritual de alta magia 1 y 2 ( Eliphas Levi)
- El Tarot de los Bohemios ( Papus)
- Gematria dogma cabalístico (Aleister Crowley)
Ana Suero Sanz