¿La Emperatriz en una tirada, qué significa?

La Emperatriz expresa la garganta, la mano del hombre semicerrada y en actitud de apresar un objeto. De aquí todo lo que rodea; todo hueco; un canal; un cerco.

La garganta es el lugar donde se forma, donde se corporifica la palabra concebida en el cerebro; es el símbolo del envolvimiento material de las formas espirituales de la generación orgánica en todos sus aspectos. La generación es el misterio en virtud del cual el espíritu se une a la materia, y mediante el cual lo divino se transforma en humano.

Esta representada por la Venus-Urania que acerca el hombre al cielo.

Dios el Espíritu Santo en el hijo, la fuerza animatriz universal.

Vemos a una mujer vista de frente.

El ser humano se corporiza en los flancos de la mujer.

Esta mujer se representa o bien alada o bien en el centro de un Sol radiante (idea de la espiritualidad del Principio animador de los seres).

Tiene un águila en la mano derecha. El águila es el símbolo del alma y de la vida (Espíritu Santo).

En la mano izquierda lleva un cetro con la forma del signo astrológico de Venus. Sostiene el cetro con la izquierda para significar la influencia pasiva que ejerce la Naturaleza, Venus-Urania o la mujer en la generación de los seres.

Está coronada con una corona de doce puntas, o con doce estrellas signo de la difusión del principio animador a través de todos los mundos y del Sol a través del zodiaco.

Este arcano muestra el resultado de la acción recíproca de los dos primeros arcanos. Es el elemento neutro de Wronski, base de todo sistema de realidad.

La fuerza Creadora Absoluta del Mago (as de Bastos o Falo), y la fuerza conservadora de la Sacerdotisa se neutralizan en la fuerza equilibrante de las dos primeras formas en este arcano. En Dios será el equilibrio del Padre y del hijo.

El mundo concebido como un ser es el principio creador y el principio receptor, se necesitan mutuamente para su existencia.

Así es como tenemos el Verbo perfecto, porque supone un principio inteligente, con un principio parlante, y un principio hablado.

Lo absoluto se revela por la palabra.

El principio infinito creando a través del hombre.

El Verbo manifestándose por la vida, es la realización o la encarnación.

La verdadera religión es aquella que realiza lo más en el orden divino, la que humaniza a Dios y diviniza al hombre, es la que encarna al verbo.

El Sol del mundo divino es la luz infinita e increada, si incorporamos la sabiduría nos convertimos en la luz visible, en el Sol.

La letra hebrea de este arcano, representa una copa que se derrama, o una cápsula vegetal que al abrirse deja caer el grano. La letra del antiguo caldeo representa por medio de un jeroglífico simple o ingenuo, el misterio del nacimiento. En la letra siriaca encontramos ya la G latina, jeroglífico de la serpiente que se muerde la cola, emblema de la generación eterna.

Si trasladamos todo lo dicho al mundo cotidiano este arcano nos muestra una densa y caótica plenitud, como una brizna de hierva, que al brotar de la tierra, se topa con un obstáculo, es la dificultad inicial.

Nos indica un periodo de formación, y, suele haber dificultades. Hay perspectivas de éxito grande siempre que se persevere en procura del mismo. Todo se encuentra todavía informe y oscuro.

Por lo tanto es preciso aguardar, pues todo intento prematuro de echar mano podría acarrear el fracaso. Esto no quiere decir que el consultante ha de quedarse contemplando inactivo; más bien es necesaria la propia intervención, estando presente uno en todo y contribuyendo con su estímulo y conducción. El consultante debe actuar desenmarañando y ordenando. Ya están dados los gérmenes del orden.

En tales épocas iniciales el consultante debe estructurar y ordenar la inabarcable y confusa plenitud, tal como van devanándose las hebras de una madeja de seda y uniéndose en hilos. (Para encontrar en lo infinito es menester discriminar y unir).

No es momento de entregarse a la tranquilidad y descanso. No puede todavía quedarse tranquilo y descansar.

Tampoco debe el consultante abrigar la intención de confiar en otros.

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