Vau Los Enamorados

Vau Los Enamorados
Vau Los Enamorados

La sexta carta, Vau Los Enamorados, representa jeroglíficamente, el ojo, todo lo que tiene relación con la luz y el resplandor. El ojo establece la relación entre el mundo exterior y el sujeto; es por su intermedio que la luz y las formas se revelan a nuestra conciencia.

La idea dominante expresada por esta letra será la de “relación” y también la de “reunión de los opuestos”. Mucho es lo que ya hemos hablado sobre la vau, sin embargo, creemos útil y necesario dar “in extenso” el estudio realizado por Fabre D’Olivet sobre esta letra; “Esta letra es la imagen del misterio más profundo e inconcebible, la imagen del nudo que reúne o del punto que separa la nada del ser. Es el signo de conversión universal, el signo que sirve para pasar de una naturaleza a otra comunicando de un lado con el signo de la luz y del sentido espiritual (vau con punto), que es su aspecto más elevado, y uniéndose por otra parte, en su aspecto degenerativo, al signo de las tinieblas y del sentido material Aïn , que es su aspecto más bajo.”

La vau es la segunda letra simple, que representa astronómicamente el segundo signo del zodíaco: Taurus. Este símbolo debe traducir las ideas de reunión y de antagonismo con todas sus consecuencias. Un joven imberbe (el mago del arcano 4) descubierto, está de pie, inmóvil en la encrucijada de dos caminos. Sus brazos se hallan cruzados sobre el pecho formando la cruz diagonal. Nuevo aspecto del arcano 1.

Ya no se trata de un iniciado. Este ignora el procedimiento que permite dirigir las corrientes magnéticas de la luz astral; por esto se halla perplejo en la oposición de las ideas antagónicas que es incapaz de gobernar. Dos mujeres, una a la derecha, otra a la izquierda, apoyan una mano sobre sus hombros, mientras le señalan con la otra los dos caminos que puede recorrer.

La mujer de la derecha ciñe un círculo de oro sobre su frente, mientras que la de la izquierda se halla despeinada y coronada con pámpanos. Los brazos del mago representan el positivo y el negativo; las dos columnas del templo de Isis (la necesidad y la libertad) están personificadas en las dos mujeres (las que representan también el vicio y la virtud). De acuerdo a la senda elegida, el joven podrá transformarse en el mago iniciado del arcano 1, o en el imprudente fulminado del arcano 16.

Encima de este grupo, el genio de la justicia, planeando en una aureola fulgurante, tiende su arco y dirige hacia la mujer que personifica el vicio la flecha del castigo. Simbolismo profundo que indica que si el hombre elige la senda de la virtud, será ayudado por la providencia para vencer el mal. En resumen, todos estos jeroglíficos traducen la lucha entre las pasiones y la conciencia, el antagonismo de las ideas. Pero este antagonismo, cuando se transmuta en amor, constituye una fuerza poderosa (en virtud de la cual se reúnen los opuestos). Esta lámina debe ser considerada bajo dos aspectos diferentes. Ambos nos llevarán a la misma conclusión.

Primer aspecto: como 3 del 4, es decir como representando al arcano 4 o reflejo de 1 considerado en sus relaciones de unión.

Segundo aspecto: como equilibrando a 4 y 5 tal como lo enseña el triángulo formado por el segundo ternario, sería un triángulo invertido en la punta que queda abajo el 4 esquina derecha un 6 en la otra el 5.

Cada carta equilibra a las otras dos.

El 4 equilibra el 5 y el 6.

El 5 equilibra el 4 y el 6.

El 6 equilibra el 4 y el 5.

De aquí los siguientes significados:

En lo divino. Equilibrio de la voluntad y de la inteligencia: LA BELLEZA (característico del Espíritu Santo) En lo humano. Equilibrio del poder y de la autoridad: EL AMOR

(característico de la humanidad) La Caridad En lo natural. Equilibrio del alma universal y de la vida universal. LA ATRACCIÓN UNIVERSAL El amor universal

Significado y relaciones:

JEROGLÍFICO PRIMITIVO: El Ojo, La Oreja

CÁBALA: Tiphereth

ASTRONOMÍA: El Toro

MES: Abril

LETRA HEBRAICA: Vau simple

SIGNIFICADOS: Equilibrio de la voluntad y de la inteligencia LA BELLEZA Equilibrio del poder y de la autoridad EL AMOR LA CARIDAD Equilibrio del alma universal y de la vida universal

LA ATRACCIÓN UNIVERSAL o EL AMOR UNIVERSAL

primer septenario

La inteligencia suprema es necesariamente razonable. Dios en filosofía, puede no ser más que una hipótesis, pero es una hipótesis impuesta por el buen sentido a la razón humana. Personificar la razón absoluta, es determinar el ideal divino.

Necesidad, libertad y razón, he aquí el grande y supremo triángulo de los cabalistas, que llaman a la razón Keter, a la necesidad Chochmah y a la libertad Binah, en su primer temario divino. Fatalidad, voluntad, poder, tal es el ternario mágico que, en las cosas humanas, corresponde al triángulo divino. La fatalidad es el encadenamiento inevitable de efectos y de causas en un orden dado.

La voluntad es la facultad directriz de las fuerzas inteligentes para conciliar la libertad de las personas con la necesidad de las cosas. El poder es el prudente empleo de la voluntad, que aún hace servir a la fatalidad al cumplimiento de los deseos del sabio.

Moisés

Cuando Moisés golpea en la roca, él no crea el manantial de agua y la revela, sin embargo, al pueblo, porque una ciencia oculta se le ha revelado a él por medio de la varita adivinatoria. Así sucede en todos los milagros de la Magia: existe una ley que el vulgo desconoce, pero de la que el iniciado se sirve. Las leyes ocultas son con frecuencia opuestas a las ideas comunes. Así, por ejemplo, el vulgo cree en la simpatía de los afines y la guerra de los contrarios; es la ley opuesta la que es verdadera.

En otros tiempos se decía: la Naturaleza tiene horror al vacío; es preciso decir: la naturaleza está enamorada del vacío; si así no fuera la física, sería la más absurda de las ficciones.

El vulgo toma habitualmente en todas las cosas, la sombra por la realidad. Vuelva la espalda a la luz y se contempla en la oscuridad que él mismo proyecta. Las fuerzas de la naturaleza están a la disposición de aquel que sabe resistirlas. ¿Sois bastante dueño de vuestra voluntad para no estar nunca ebrio? ¿Disponéis del terrible y fatal poder de la embriaguez? Pues bien: si queréis embriagar a los demás, inspiradles deseos de beber, pero no bebáis. Aquel que dispone del amor de los demás, es porque se ha hecho dueño del suyo. Queréis poseer, no os entreguéis.

El mundo está imantado por la luz del sol y nosotros estamos imantados por la luz astral del mundo. Lo que se opera en el cuerpo del planeta se repite en nosotros. Hay en nosotros tres mundos análogos y jerárquicos como en la Naturaleza.

El hombre es el microcosmos o pequeño mundo

Según el dogma de las analogías, todo lo que está en el gran mundo se repite en el pequeño. Hay pues en nosotros tres centros de atracción y de proyección fluídica; el cerebro, el corazón o el epigastrio, y el órgano genital. Cada uno de estos órganos es único y doble, es decir, que en ellos se halla la idea del temario. Cada uno de esos órganos atrae por un lado y repele por el otro. Por medio de estos aparatos, nos ponemos en comunicación con el fluido universal transmitido a nosotros por el sistema nervioso. También esos tres centros son el asiento de la triple operación magnética, como explicaremos en otra parte.

Cuando el mago ha llegado a la lucidez, sea por intermedio de una sonámbula, sea por sus propios esfuerzos, comunica y dirige a voluntad vibraciones magnéticas en toda la masa de la luz astral, cuya corrientes adivina con la varita mágica. Esa es una varita mágica adivinatoria perfeccionada. Por medio de esas vibraciones, influencia el sistema nervioso de las personas sometidas a su acción, precipita o suspende las corrientes de la vida, calma o atormenta, cura o hace enfermar, da muerte, en fin, o resucita… Pero aquí nos detendremos ante la sonrisa de la incredulidad. Dejémosle el triunfo fácil de negar lo que no sabe.

Más adelante demostraremos que la muerte llega siempre precedida de un sueño letárgico y que no se opera sino por grados; que la resurrección en ciertos casoses posible, que la letargia es una muerte real y que muchos muertos acaban de morir después de su inhumanación. Pero no es de esto de lo que se trata en esta clase. Decíamos, pues, que una voluntad lúcida puede obrar sobre la masa de la luz astral, y con el concurso de otras voluntades que ella absorbe y que ella arrastra, determinar grandes e irresistibles corrientes.

Decíamos también, que la luz astral se condensa o se ratifica, según que las corrientes la acumulen más o menos en ciertos centros. Cuando carece de energía para alimentar la vida, se producen enfermedades de descomposición súbita que causan la desesperación de la medicina. El cólera morbo, por ejemplo, no obedece a otra causa, y las legiones de animáculos observadas o supuestas, por ciertos sabios, pueden ser más bien el efecto que la causa. Sería, pues, necesario tratar el cólera por la insuflación, si en semejante tratamiento el operador no se expusiera a hacer con paciente un cambio demasiado temible para el primero.

Todo esfuerzo inteligente de la voluntad es una proyección de fluido o de luz humana, y aquí importa distinguir la luz humana de la luz astral, y el magnetismo animal del magnetismo universal. Al servirnos de la palabra fluido, empleamos una expresión recibida y, tratamos de hacernos entender por ese medio; pero estamos muy lejos de decir que la luz latente sea un fluido. Todo nos induciría, por el contrario, a preferir en la explicación de este hecho fenomenal, el sistema de las vibraciones.

Sea lo que fuere, siendo esta luz el instrumento de la vida, se fijará naturalmente en todos los centros vivientes; se adhiere al núcleo de los planetas como el corazón del hombre (y por su corazón, entendemos en Magia, el gran simpático) identificándose a la propia vida del ser al que anima, y es por esta propiedad de asimilación simpática como se comparte sin confusión. Es terrestre en sus relaciones con el globo terráqueo, y exclusivamente humana en sus relaciones con los hombres.

Es por esta causa por lo que la electricidad, el calórico, la luz y la imantación producidos por los medios físicos ordinarios, no sólo no producen, sino que tienden, por el contrario, a neutralizar los efectos del magnetismo animal. La luz astral, subordinada a un mecanismo ciego y procediendo de centros dotados de autotelia, es una luz muerta y opera matemáticamente siguiendo las impulsiones dadas o siguiendo leyes fatales; la luz humana, por el contrario, no es fatal más que en el ignorante que hace tentativas al azar; en el vidente está subordinada a inteligencia, sometida a la imaginación y dependiente de la voluntad.

Swedenborg

Esta luz, que proyectada sin cesar por nuestra voluntad, forma lo que Swedenborg llama las atmósferas personales. El cuerpo absorbe lo que rodea, e irradia sin cesar proyectando sus miasmas y sus moléculas invisibles; lo propio sucede con el espíritu, de modo que este fenómeno, llamado por algunos místicos el respiro, tiene realmente la influencia que se le atribuye, sea en lo físico, sea en lo moral. Es realmente contagioso respirar el mismo~ aire que los enfermos y que encontrarse en el círculo de atracción y de expansión de agentes malignos.

Cuando la atmósfera magnética de dos personas está de tal modo equilibrada que el atractivo de una aspira la expansión de la otra, se produce un afecto llamado simpatía; entonces la imaginación, evocando así todos los rayos o todos los reflejos análogos a los que ella experimenta, se forma un poema de deseos que arrastran la voluntad, y si las personas son de sexo diferente, se produce entre ellas, o lo más frecuentemente en la más débil de ellas, una completa embriaguez de luz astral, que se llama la pasión propiamente dicha o el amor.

El amor es uno de los más grandes instrumentos del poder mágico; pero está formalmente prohibido al magista al menos como embriaguez o como pasión. ¡Desdichado el Sansón de la cábala que se deja dormir por Dalila! ¡El Hércules de la ciencia que cambia su cetro real por el huso de Onfalia, sentirá bien pronto las venganzas de Deyanira, y no le quedará más que la hoguera del monte Esta para escapar a los devoradores tormentos de la túnica de Neso! El amor sexual es siempre una ilusión, puesto que es el resultado de un miraje imaginario.

Luz astral

La luz astral es el seductor universal figurado por la serpiente del Génesis. Este agente sutil, siempre activo, siempre ávido de savia, siempre acompañado de seductores ensueños y de dulces imágenes; esa fuerza, ciega por sí misma, y subordinada a todas las voluntades, sea para el bien, sea para el mal; ese circulus siempre renaciente de una vida indomada que proporciona el vértigo a los imprudentes; ese espíritu corporal, ese cuerpo ígneo, ese éter impalpable y presente en todas partes; esa inmensa seducción de la naturaleza, ¿cómo hacer su completa definición y cómo clasificar su acción?

Indiferente hasta cierto punto por sí mismo, lo mismo se presta al bien que al mal; lleva en sí la luz, y propaga a veces las tinieblas; lo mismo puede nombrarse Lucifer que Lucífugo; es una serpiente, pero es también una aureola; es un fuego, pero lo mismo puede pertenecer a las hogueras del infierno que a las ofrendas de incienso prometidas y dedicadas al cielo. Para apoderarse de él es preciso, como la mujer predestinada, aplastar su cabeza con el pie.

El que corresponde a la mujer cabalística en el mundo elemental es el agua, y el que corresponde a la serpiente, es el fuego. Para domar a la serpiente es decir, para dominar el circulo de la luz astral, es precisos conseguir ponerse fuera del alcance de las corrientes, es decir, aislarse. Por este motivo es por lo que Apolonio de Tiana se envolvía completamente en un manto de lana, sobre el cual posaba sus pies y se envolvía la cabeza; después rodeaba en semicírculo su columna vertebral y cerraba los ojos una vez cumplidos ciertos ritos, que debían ser pases magnéticos y palabras sacramentales, que tenían por objeto fijar la imaginación y determinar la acción de la voluntad.

El manto de Tiana es de uso muy corriente en Magia, siendo también el vehículo ordinario de las brujas que van al aquelarre, lo que prueba que las brujas no iban realmente al sabbat, sino que éste venía a encontrar las brujas aisladas en su manto, aportando a su diapahana imágenes análogas a sus preocupaciones mágicas, mezcladas con los reflejos de todos los actos del mismo género que se habían verificado anteriormente a ellas en el mundo.

Este torrente de la vida universal, está también figurado en los dogmas religiosos por el fuego expiatorio del infierno. Es el instrumento de la iniciación; es el monstruo a domar, es el enemigo a vencer; él es el que envía a nuestras evocaciones y a los conjuros de la Goecia tantas larvas y tantos fantasmas; es en él en donde se conservan todas las formas cuyo fantástico y abigarrado conjunto, puebla nuestras pesadillas, y en el que, aparecen tan abominables monstruos. Dejarse arrastrar suavemente por ese río circulante, es caer en los abismos de la locura, más espantosos que los de la muerte; arrojar las sombras de ese caos y hacer que ofrezcan formas perfectas con nuestros pensamientos, es ser hombres de genio, es crear, es haber triunfado del infierno.

La luz astral dirige los instintos de los animales y libra este combate con la inteligencia del hombre, a quien tiende a pervertir por el lujo de sus reflejos y la mentira de sus imágenes, acción fatal y necesaria que dirigen y hacen más funestas todavía los espíritus elementales y las almas en pena, cuyas inquietas voluntades buscan simpatías en nuestras debilidades y no tientan, menos para perdernos que por proporcionarse amigos.

El libro de las conciencias que, según el dogma cristiano, debe manifestarse el último día, el del juicio final, no es otro que la luz astral en la cual se conservan las impresiones de todos los verbos, es decir, de todas las acciones y de todas las formas. Nuestros actos modifican nuestro respiro magnético de tal modo, que un vidente puede decir, aproximándose a una persona por vez primera, si esa persona es inocente o culpable, y cuáles son sus virtudes o sus crímenes. Esta facultad, que pertenece a la adivinación, era llamada por los místicos cristianos de la primitiva iglesia, el discernimiento de los espíritus.

Las personas que renuncian al imperio de la razón y que gustan de comprometer su voluntad en la persecución de reflejos de la luz astral, están sujetas a alternativas de furor y de tristeza, que hacen imaginar todas las maravillas de la posesión del demonio. Es verdad que, por medio de esos reflejos, los espíritus impuros pueden obrar sobre semejantes almas; hacer de ellas instrumentos dóciles y hasta acostumbrarse a atormentar su organismo, en el cual vienen a residir por obsesión o por embrionato. Estas palabras cabalísticas están explicadas en el libro hebreo de la Revolución de las almas, del cual nuestro clase XIII contendrá un análisis sucinto.

Es por tanto, extremadamente peligroso entretenerse con los misterios de la Magia y sumamente temerario practicar los ritos por curiosidad, como ensayo y para intentar reducir potencias superiores. Los curiosos que, sin ser adeptos, se entretienen o se mezclan en invocaciones, o se dedican, sin condiciones, a las prácticas de el magnetismo oculto, se parecen a una reunión de niños que juegan con el fuego en los alrededores de un barril repleto de pólvora: tarde o temprano serían víctimas de una terrible explosión.

Para aislarse de la luz astral, no es suficiente aislarse en un genero de lana es absolutamente necesario haber impuesto una quietud absoluta a su espíritu y a su corazón; haberse independizado del dominio de las pasiones y haberse, asegurado de la perseverancia por medio de los actos espontáneos de una voluntad inflexible. También es preciso reiterar con frecuencia los actos de esa voluntad, porque, como ya lo veremos en el Ritual, la voluntad no se asegura por sí misma, sino por actos, como las religiones no han adquirido su imperio y su duración sino mediante ceremonias y ritos.

Existen

Existen sustancias enervadoras que al exaltar la sensibilidad nerviosa, aumentan al poder de las representaciones, y, por consiguiente las producciones astrales; por los mismos medios, pero siguiendo una dirección contraria, se pueden espantar y aun turbar los espíritus. Estas sustancias, magnéticas por sí mismas y magnetizadas, una vez más, por los prácticos, son lo que se llama filtros o bebidas encantadas. Pero no debemos abordar esta peligrosa aplicación de la magia, que el mismo Cornelio Agrippa, califica de magia envenenadora.

Ya no existen

Ya no existen hogueras para brujos y brujas, pero sí códigos que castigan los delitos de gentes poco escrupulosas. Limitémonos, pues, a comprobar ahora la realidad de este poder. Para disponer de la luz astral, es preciso comprender la doble vibración y conocer la balanza de las fuerzas llamadas el equilibrio mágico y que se manifiesta en cábala por el senario.

Este equilibrio, considerado en su causa primera, es la voluntad de Dios; en el hombre es la libertad; en la materia es el equilibrio matemático. El equilibro produce la estabilidad y la duración. La libertad engendra la inmortalidad del hombre y la voluntad de Dios pone en obra las leyes de la razón eterna. El equilibrio en las ideas es la sabiduría, y en las fuerzas el verdadero poder. El equilibrio es riguroso. Obsérvese la ley; viólense su espíritu y su letra y ya no hay ley. Por esta razón es por lo que no hay nada inútil ni perdido. Toda palabra y todo movimiento marchan en pro o en contra del equilibrio, o en pro o en contra de la verdad; porque el equilibrio representa la verdad que se compone del pro y del contra conciliados, o por lo menos del equilibrio del pro.

Equilibrio

Decimos en la introducción del Ritual de qué modo el equilibrio mágico debe producirse y por qué éste es necesario al éxito de todas las operaciones. La omnipotencia es la libertad más absoluta. Luego la libertad absoluta no podría existir sin un equilibrio perfecto. El equilibrio mágico, es, por tanto, una de las condiciones primordiales del éxito en las operaciones de la ciencia y debe buscarse aún en la química oculta, aprendiendo a combinar los contrarios sin neutralizar al uno con el otro. Por el equilibrio mágico es como se explica el grande y antiguo misterio de la existencia y de la necesidad relativa del mal.

Esta necesidad relativa da, en magia negra, la medida del poder de los demonios o espíritus impuros, a los cuales las virtudes que se practican en la tierra dan más furor, y en apariencia aún más fuerza. En épocas en que los santos y los ángeles hacían abiertamente milagros las brujas, hechiceras y los diablos, realizaban, a su vez, maravillas y prodigios. Es la rivalidad la que ofrece, a menudo, el éxito; todo el mundo se apoya siempre sobre lo que más resiste.

Ya hemos dicho que para adquirir el poder mágico hacen falta dos cosas; desprender de la voluntad todo servilismo y ejercer un dominio absoluto sobre ella.

La voluntad soberana está representada en nuestros símbolos por la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente y por el ángel que reprime y contiene el dragón bajo su pie y con su lanza.

Declaremos aquí, sin rodeos, que el gran agente mágico, la doble -corriente de luz, el fuego vivo y astral de la tierra, ha sido figurado por la serpiente con la cabeza de toro, de macho cabrío o de perro en las antiguas teogonías. Es la doble serpiente del caduceo; es la antigua serpiente del Génesis; pero es también la serpiente de cobre de Moisés, entrelazada en la tau, es decir, en el lingam generador; es también el macho cabrío del Sabbat y el Baphomet de los templarios; el Hylé de los gnósticos; es la doble cola de serpiente que forma las patas del gallo solar de Abraxas; en fin, el diablo de Eudes de Mirville, y es, realmente, la fuerza

ciega que las almas van a vencer para libertarse de las cadenas de la tierra; porque si su voluntad no las destaca de esa fatal imantación, serán absorbidas en la corriente por la fuerza que les ha producido y volverán al fuego central y eterno.

Toda la obra mágica consiste, en desprenderse de los anillos de la antigua serpiente, y después en ponerla el pie sobre la cabeza y conducirla a donde plazca al mago. Yo te daría se dice en el mito evangélico. todos los reinos de la tierra si tú caes y me adoras. El iniciado puede responderle: Yo no caeré y tú te arrastrarás a mis pies; tú no me darás nada, pero yo me servirá de ti y haré de ti cuanto se me antoje, porque yo soy tu señor y tu dueño. Respuesta que está comprendida, aunque velada, en la que le dio el Salvador.

Ya hemos dicho que el diablo no es una persona. Es una fuerza desviada, como su nombre lo indica. Una corriente ódica o magnética formada por una cadena de voluntades perversas, constituye ese mal espíritu que el evangelio llama legión y que precipita a los cerdos hacia el mar; nueva alegoría el grado de bajeza de los seres instintivos guiados por fuerzas ciegas que pueden poner en movimiento la mala voluntad y el error.

Puede compararse este símbolo con el de los compañeros de Ulises, metamorfoseados en puercos por la maga Circe.

Ulises

Veamos ahora lo que hace Ulises para preservarse él mismo y libertar a sus compañeros; rehúsa la copa de la hechicera y la manda con la espada. Circe es la naturaleza con todos sus atractivos y voluptuosidades; para gozar de ella es necesario vencerla. Tal es el sentido de la fábula homérica, porque los poemas de Homero, verdaderos libros sagrados de la antigua Helenia, contienen todos los misterios de las altas iniciaciones de Oriente.

El médium natural es, pues, la serpiente siempre activa y seductora de las voluntades perezosas y a la cual es preciso resistir dominándola.

Un mago enamorado, glotón, colérico, perezoso, son monstruosidades imposibles. El mago piensa y quiere; nada ama con deseo; no rechaza nada con pasión; la palabra pasión representa un estado pasivo y el mago está siempre activo y siempre victorioso. Lo más difícil en las altas ciencias es llegar a esa realización; así, cuando el mago se ha creado a sí mismo, ha cumplido la gran obra, por lo menos en su instrumento y en su causa.

El gran agente o mediador natural del poderío humano, no puede ser servido y dirigido más que por un mediador extranatural, que es una voluntad libre. Arquímedes pedía un punto de apoyo para levantar el mundo. El punto de apoyo del mago es la piedra cúbica intelectual, la piedra filosofal de Azoth, es decir, el dogma de la razón absoluta y de las armonías universales por la simpatía de los contrarios.

Uno de nuestros escritores más fecundos, y el menos fijo en sus ideas, M. Eugenio Sue, ha edificado toda una epopeya romancesca sobre una individualidad, a quien se esfuerza por hacer odiosa y que llega a ser interesante, a pesar suyo, por su paciencia, por su inteligencia y por su audacia .tanto es el poder que se le atribuye. y por su genio. Se trata de una especie del Sixto V, pobre, sobrio, sin cólera, que tiene el mundo en la red de sus sabias combinaciones.

Este hombre excita a su antojo, merced a su poderosa voluntad, las pasiones de su adversarios, destruyéndolas unas por las otras, y llegando siempre a dónde quiere llegar, y esto sin ruido, sin lustre, sin charlatanismo. Su fin, su objeto, es librar al mundo de una sociedad que el autor del libro cree peligrosa y perversa, y para esto en nada repara; está mal albergado, mal vestido y alimentado como el último de los pobres.

El autor, atento a estas circunstancias, le presenta pobre, sucio, asqueroso y horrible. Pero si ese mismo exterior es un medio de disfrazar la acción y de llegar más seguramente a sus propósitos, ¿no represente la prueba más sublime de un valor temerario? Cuando Rodin sea papa, ¿pensáis que andará mal vestido y grasiento? Eugenio Sue, ha, pues, faltado a su fin; quiere combinar al fanatismo y a la superstición y ataca a la inteligencia y a la fuerza, al genio y a todas las virtudes humanas. Si hubiera muchos Rodin entre los jesuitas ¡con uno sólo que hubiera!, yo no daría nada, ni un ápice, por la sucesión del partido contrario, a pesar de las brillantes quejas y de las elocuentes reclamaciones de sus ilustres abogados.

Querer bien, querer ampliamente, querer siempre, sin desear nunca nada, tal es el secreto de la fuerza; y éste es el arcano mágico que el Tasso pone en acción en la personalización de dos caballeros que libertan a Renaud y destruyen los encantamientos de Armida. resisten tan perfectamente a los hechizos de las ninfas más encantadoras, como a la fiereza de los animales más terribles; permanecen y perduran sin deseos y sin temores y llegan a su objeto. De esto resulta que un verdadero mago es más temible que amable.

No estoy disconforme con la idea, y aun reconociendo cuán dulces son las seducciones de la vida, y aun haciendo justicia al gracioso genio de Anacreonte y a toda la juvenil eflorescencia de la poesía de los amores, invito a los, para mí muy estimables amigos del placer, a no considerarlas elevadas ciencias más que como un objeto de curiosidad y a no aproximarse jamás al trípode mágico; las grandes obras de la ciencia son mortales para la voluptuosidad.

El hombre que se ha libertado de la cadena de los-instintos, se apercibirá inmediatamente de su poderío por la sumisión de los animales. La historia de Daniel en la cueva de los leones, no es una fábula, y más de una vez, durante las persecuciones al cristianismo naciente, ese fenómeno se ha renovado ante todo el pueblo romano. Raramente tiene un hombre que temer de un animal que no le inspira miedo.

Las balas de Gerard, el matador de leones, son mágicas e inteligentes.

Sólo una vez corrió un verdadero riesgo: había permitido que fuera con él un compañero miedoso, y entonces considerado por anticipado esa imprudencia como un peligro, tuvo también miedo, aunque no por él sino por su camarada.

Muchas personas dirán que es muy difícil, y aun imposible, llegar a una resolución semejante; que la fuerza de voluntad y la energía son dones de la naturaleza, etc. Yo no discuto; pero reconozco que el hábito, la costumbre, puede rectificar la obra de la naturaleza. La voluntad puede perfeccionarse por la educación y, como ya lo he dicho, todo el ceremonial mágico semejante en esto, al religioso, no tiene otro fin que el de experimentar, ejercitar y acostumbrar de este modo a la voluntad, a la perseverancia y a la fuerza. Cuanto más difícil sean la prácticas mayor efecto producen; esto debe ahora comprenderse.

Si hasta el presente ha sido imposible dirigir los fenómenos del magnetismo, es porque todavía no se ha encontrado magnetizador verdaderamente iniciado y libre.

¿Quién puede, verdaderamente enorgullecerse o vanagloriarse de serlo? ¿No tenemos constantemente que hacer esfuerzos sobre nosotros mismos? Cierto es, sin embargo, que la naturaleza obedecerá al signo y a la palabra de aquel que se sienta fuerte, y no dude para doblegarla. Las curaciones de las enfermedades nerviosas por una palabra, un soplo o un contacto; las resurrecciones en determinados casos; la resistencia a las malas voluntades capaz de desarmar y aun de vencer al más terrible asesino; la misma facultad de hacerse invisible turbando la vista de aquellos de quienes se quiere escapar; todo esto, en fin, es un efecto natural de la proyección o de la retirada de la luz astral.

Así es como Valens fue atacado de desvanecimiento, de terror, al entrar en el templo de Cesárea; como en otro tiempo Heliodoro, fulminado por una demencia súbita en el templo de Jerusalén, se creyó y consideró fustigado por los ángeles. Así es, también, cómo el almirante Coligny pudo imponer respeto a sus asesinos y no pudo ser muerto más que por un hombre furioso que se arrojó sobre él volviendo la cabeza.

Juana de Arco

Lo que hacía a Juana de Arco siempre victoriosa era el prestigio de su fe y lo maravilloso de su audacia paralizaba los brazos de aquellos que querían golpearla o herirla, y los ingleses pudieron seriamente creer en la maga o en la hechicera. Era, en efecto, maga sin saberlo, porque ella misma creía proceder sobrenaturalmente, en tanto que lo que realmente ocurría, era que disponía de una fuerza oculta, universal y siempre sometida a las mismas leyes.

El magista magnetizador debe mandar al médium natural y, por consiguiente, al cuerpo astral que establece comunicación entre nuestra alma y nuestros órganos. Puede decírsele al cuerpo material: ¡Dormid! y al cuerpo sideral: ¡Soñad! Entonces las cosas visibles cambian de aspecto, como en las visiones del hatschitk Cagliostro poseía según se ha dicho ese poder y ayudaba la acción por medio de perfumes y fumigaciones; pero, el verdadero poder magnético debe pasarse sin esos auxiliares, más o menos venenosos para la razón y nocivos para la salud. Ragon, en su sabia obra sobre la masonería oculta, da la receta de una serie de medicamentos propios para exaltar el sonambulismo. Es un conocimiento nada despreciable, sin duda, pero del que los magistas prudentes deben guardarse de hacer uso.

La luz astral

La luz astral se proyecta por la mirada, por la voz, por los pulgares y por las palmas de la mano. La música es un poderoso auxiliar de la voz, y de ella procede la palabra encantamiento. Ningún instrumento de música es más encantador que la voz humana; pero los sonidos lejanos del violín o de la armónica pueden aumentar su poder. Así se prepara al sujeto a quien se quiere someter; después, cuando está ya medio amodorrado y como envuelto en ese encanto, se extiende la mano hacia él y se le ordena dormir o ver, y obedece a pesar suyo. Si resistiera, sería preciso mirarle fijamente, colocar uno de los pulgares sobre su frente en el entrecejo y el otro sobre el pecho, tocándole ligeramente, con un solo y rápido contacto; después, aspirando lentamente, respirar suavemente un hálito cálido y repetirle, por segunda vez, las palabras: dormido ved.

María es la personificación humana de Chocmah, la sabiduría divina o de la Santa Schechinah, la luz que se manifiesta por reflejo. Es el aspecto femenino del Verbo hecho carne, y participa por asunción de toda la gloria de Jesucristo. Vir ascendit. Mulier assumitur. La mujer educa (educat) al hombre, pero el hombre educa (assumit ascendendo) a la mujer. Este es el misterio de la asunción de María arrastrada en la ascensión de Jesucristo para que no se rompiera el vínculo amoroso entre madre e hijo.

Exaltación completamente divina en la que no participa la carne. Caro non prodest quidquam. El Evangelio dice pocas cosas sobre María y su Asunción; es una tradición que no se encuentra en las Escrituras (extravagans scripturas). Esta Asunción puede ser considerada como dogmática y legendaria. El dogma acabo de explicárselo: no toquemos la leyenda. La leyenda es una flor que se marchita con el soplo helado de la crítica.

La Asunción

La Asunción de la mujer es uno de los grandes misterios de la humanidad. Es la santificación del amor, y toda la luz de este misterio divino está oculta en el Cántico de los Cánticos, el admirable poema de Salomón en el que se dice: ¿Quae est lila quae procedit sicut aurora consurgens, innixa super sponsum? ¿Qué belleza es la que asciende al cielo apoyada sobre su predilecto como la aurora que anuncia el amanecer? María es una doble aurora; la del amanecer y la del ocaso. Solamente su amor está vivo en el catolicismo moderno. mundo religioso que la humanidad de la que él es jefe es el vivero de los dogmas, y que la función que tiene que desempeñar es la de reconocerlos cuando han florecido y rodearlos con una barrera como un fiel jardinero.

La Iglesia católica es la humanidad organizada, es el ejército disciplinado del progreso. Está precedido por los exploradores y seguido por los rezagados. ¿En qué consiste un ejército? ¿Es una reunión de hombres geniales? ¿Todos los oficiales son Bonapartes? No, cada hombre en particular puede ser un bruto o un canalla, pero todos marchan juntos bajo la misma disciplina. Obedecen a la misma jerarquía y son algo casi divino denominado ejército. Dominus Deus exercituum. Mientras combaten en el ejército, todos los soldados son héroes. Cuando el plan estratégico se vuelve confuso, cuando los batallones se confunden, cuando las órdenes son dudosas o contradictorias, se suele escuchar en todas las bocas el sálvese quien pueda de Waterloo. Ya no hay soldados, hay desertores.

Jesús y María han sido de una naturaleza humana absolutamente semejante a la nuestra, a excepción del pecado. He aquí la consigna del ejército católico. Jesús y María son personas y tipos. Lo relativo a las personas solamente puede ser confirmado por la historia, que se calla en este sentido para dejar sitio a la leyenda. Lo relativo a los tipos es objeto de la fe y del dogma.

Si me pregunta, con Strauss, cómo es físicamente posible multiplicar 5 pequeños panes en 4.000 porciones suficientes para alimentar a 4.000 personas, ¿qué quiere que le responda? ¿Todavía nos hallamos en la quijada de burro de Sansón convertida en fuente? ¿En el sol parado y en la voz humana de la burra de Baam? Leamos y releamos las burlas poco eruditas pero llenas de sentido común del pobre señor Voltaire.

En el cuaternario se encuentran los diez números del Sephiroth, ya que nueve cuenta solamente en relación con tres y el décimo hace cuatro. Así tenemos: sabiduría, libertad activa y omnipotencia, Chocmah, Binah, Kether, es el padre. Gédulah, Geburah y

Tiphereth es el hijo. Netsah, Hod y Jesod, es el Espíritu Santo. Malkuth es la creación.

Volvemos a tener pues el tetragrama Jod, hé, vau, hé.

No hay más que una luz, pero esta luz se manifiesta a través de dos fenómenos, el día y la sombra, representados por el blanco y el negro, que son la afirmación o la negación luminosa, pero que no son colores. Los colores son 3, brillando en el negro o impresos en el blanco. El negro y el blanco son lo conocido y lo desconocido. Son Dios y el hombre, igualmente misteriosos en su síntesis, sea positiva, sea negativa. Los tres colores sobre el negro representan la revelación divina.

El arco iris anuncia a los hombres el perdón de Dios. Los tres colores sobre el blanco representan el resumen de la ciencia humana. He aquí por qué las escrituras dicen que Dios se hizo una túnica de las tinieblas, ya que la luz que el ojo humano no puede contemplar fijamente nos parece más bien negra, como podemos comprobar intentando mirar al sol. Así el negro, el azul, el amarillo y el rojo componen el tetragrama cromático de Dios. El azul, el amarillo, el rojo y el blanco componen el tetragrama cromático del hombre.

Después vienen los cuatro grados primitivos que componen el tetragrama cromático de la naturaleza inferior al hombre e influenciada por las fuerzas humanas. El verde, luz de las plantas: el naranja o leonado, luz animal; el violeta, luz metálica y el índigo mezclado con el negro de la tierra y el azul verdoso del agua. Terminamos aquí nuestros estudios sobre el cuaternario.

Nuestra palabra tetragramática Dios, proviene de la palabra latina dies que significa luz,

día. En francés antiguo todavía se dice Diex. Significa:

D ominador

I nmenso

E spfritu

U niverso

D el ser y la vida unidoD:-

I la unidad 1

E el espíritu, la emanación, el verbo

U el recipiente, la forma, el Universo.

El nombre de María en hebreo es tetragramático:

MYDM (MEM,YOD,DALETH,MEN), Miriam o Mariah. Estos dos nombres representan todo el simbolismo de la mujer y la madre. El primero significa: la muerte que engendra y la vida que hace morir. El segundo significa: muerte y resurrección de Dios: como podrán entender perfectamente cuando conozcan todas las letras.

Los hebreos llaman al padre Abba y a la madre Imma, dos nombres tetragramáticos.

Estos dos nombres expresan el ser y la vida, la unidad que vuelve a la unidad a través del cuaternario, es decir la silepsis, el análisis y la síntesis; luego la unidad sintética que reproduce la unidad primitiva dos veces 13, o sea 26, o sea 8, el binario del cuaternario, Abba es pues la manifestación de Kether en Chocmah e Imma es la revelación de Chocmah en Malkuth. Entenderán mejor esto cuando hayamos estudiado juntos la serie completa de la Sephiroth. Sephiroth  y Schémoth son las dos grandes subdivisiones de la ciencia de los signos. Sephiroth quiere decir noción a partir de los números. Schémoth quiere decir conocimiento a partir de los nombres.

Los nombres, como ya sabemos, se corresponden con los números y se forman a partir de éstos, y todos tienen por llave el Schema o nombre incomunicable de Dios.

Las letras del tetragrama sagrado nos dan en números:

YOD 10

GHIMEL 5

DALEHT  6   26, que nos dan 8 y l2.

GHIMEL 5

Los dos números del hijo de Dios: 8, la justicia, 12, la consumación por la cruz o el sacrificio. 888 nos dan 24, el número de los viejos de San Juan y de las perlas del esquema cabalístico.

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En el cielo, 12 representa a Dios y a la ciencia de Dios o su verbo. Dios es 3, su verbo 9. En la naturaleza, 12 es 4 multiplicado por 3, es decir, la forma creada y puesta en movimiento por el espíritu. El 12 divino es el número del Métatron o Mitatron, el príncipe de las formas o el ángel del arquetipo. El 12 natural es el número de Sandalphon, el príncipe de la vida o el motor del fuego. Mitatron es una dignidad, no es un personaje, lo mismo sucede con Sandalphon. Cuando Jesucristo se transfiguró sobre el monte Tabor, apareció situado entre Mitatron y Sandalphon, que eran entonces Moisés y Elías, porque él resume la virtud de los Elohim.

También Moisés, Elías y Enoch fueron ascendidos, o elevados vivos al cielo, pero Jesús se elevó a sí mismo. Así debía ser, ya que tenía en él la fuerza perfecta con los dos principios equilibradores. Todo esto, oculta elevadas y profundas verdades, bajo un simbolismo que hay que tener en cuenta a la hora de materializar los símbolos. Es totalmente seguro que ni Enoch, ni Elías, ni Moisés, ni siquiera Jesucristo, han podido elevarse por encima de la atmósfera y dirigirse hacia el sol con cuerpos parecidos a los nuestros.

Es lo que la escritura trató de explicarnos al decir que Moisés estaba muerto, pero que un ángel había arrebatado su cuerpo a los hombres y a los demonios. ¿ cómo sucedió esto? Por una disolución inmediata y fulminante del envoltorio exterior, lo mismo que sucedió con Jesucristo, cuando la tierra de su sepulcro tembló y la piedra de la entrada se movió. Pero solamente Jesús tuvo el poder para hacer visible y palpable su cuerpo glorioso, en el sentido corporal, debido a su poder sobre las dos fuerzas equilibradoras de las que os he hablado.

Vau número 6

Y de estas dos nace la unificante Sephira Tiphereth, belleza o ternura, representada por el nombre Divino de Eloah va-Daath, y por los nombres angélicos de (SHNANIM) (Salmo I XVIII 18), o (MLKIM), Melekim, Reyes. Por la unión de la justicia y la misericordia obtenemos la belleza o la clemencia, completado la segunda Trinidad de las Sephiroth. Está sephira, sendero o numeración junto con los sephiroth cuarto, quinto, séptimo, octavo y novena conforma el (ZOIR ANPIN), Zavir Anpin, el semblante menor, el microprosopus, la antítesis del macroprosopus, el semblante mayor, que es uno de los nombres de Kether, la primera sephira, a los 6 sephiroth que componen al Zavir Anpin, son los miembros de Kether. A esta sexta sephira también se la conoce con el nombre de (MLK), Melekh, el Rey.

6. El hijo es el hijo.

El sexanario, la Mente. Derivado de 2 y 3 por multiplicación. El hijo, parte de todas estas naturalezas. Imaginación.

El sexto nombre Divino es Eloha ( o nombre de las cuatro letras, unido a Vaudahat):

La numeración sefirótica que le corresponde es la de Tipharet (belleza, gloria, placer, ornamento), y significa el bosque de la vida. Actúa sobre las Virtudes (llamadas Malashim por los hebreos, lo que significa ángeles), y por su intermedio, sobre la esfera del sol, a la cual otorgan su vida y su luminosidad. Son también ellos quienes se encargan de producir los metales, y su inteligencia especifica se llama Rafael, quien sirvió como guía a Isaac y al joven Tobías, junto con el ángel Feliel, el cual ha guiado a Jacob.

No perdáis la oportunidad de saber más y apuntaros al Curso de cábala oculta en el Tarot donde aprenderéis a interpretar todo esto, su simbología, el número pitagórico, alquimia, física cuántica y mucho más.

→    Ver la siguiente carta 7 Zayn El Carro

 

Los he hilado de las siguientes obras:

La Cábala tradición secreta de occidente (Papus)

Curso de filosofía oculta sobre la cábala y los números (Eliphas Levi)

Dogma y ritual de alta magia 1 y 2 ( Eliphas Levi)

El Tarot de los Bohemios ( Papus)

Gematria dogma cabalístico (Aleister Crowley)

Ana Suero Sanz

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