Iris la Diosa del arco iris
Iris la Diosa del arco iris, la mensajera, la portadora del caduceo. En la Diosa Iris encontramos una simbología realmente preciosa.
Iconografía
En un estudio iconográfico escrito por María Isabel Rodríguez López, podemos ver la siguiente definición:
El arcoíris fue personificado en la poesía y el arte griego bajo la apariencia de una mujer alada, joven y veloz, llamada Iris, encargada de transmitir los mensajes de los dioses, de quien fue atenta servidora.
“Como cae de las nubes la nieve o el helado granizo, a impulso del Bóreas, nacido en el éter; tan rápida y presurosa volaba la ligera Iris”
(Ilíada, Canto XV)
Etimología
La etimología del nombre de la diosa deriva del verbo «eire«, anunciar, dado que fue considerada como la mensajera de los dioses, en la mayoría de los casos al servicio de Zeus, y muy particularmente bajo las órdenes de Hera, aunque en ocasiones pudiera servir de intermediaria para transmitir mensajes de otros dioses o héroes.
Homero
En la Ilíada, Homero otorgó a Iris un importante papel, gracias al cual quedaba perfilada con nitidez su personalidad divina. Su nombre sirvió al poeta para designar tanto el arco (en cuanto fenómeno atmosférico) como la personificación de la diosa cuyo vuelo producía dicho fenómeno al atravesar el cielo. Los epítetos más significativos con los que el poeta griego se refiere a la diosa Iris (como personificación), están en relación con la idea de la ligereza o rapidez de su curso, con el viento tempestuoso, el huracán o la nube. También es significativa la utilización del adjetivo crisópteros, alas de oro, bella metáfora con la que se alude a sus alas de colores brillantes (Il. VIII, 398); otras veces el poeta evoca la rapidez de sus «alas de azafrán«.
Iris, la portadora del Caduceo
La Diosa puede ser reconocida por ser portadora del caduceo, una especie de «varita mágica» relacionada con Apolo, Dios de la luz. Según nos informan los relatos mitológicos, con este cayado el dios solar guardaba los rebaños de Admeto. Luego, Apolo se lo entregó a Hermes a cambio de la flauta de Pan, inventada por Hermes. Sin pretensión alguna de ahondar en la profunda simbología que encierra el caduceo, merece señalarse, sin embargo, que parece lógico pensar que la diosa Iris lo utilizará para realizar la conexión entre los dos mundos, y para conducir las almas de los muertos al inframundo, o acaso para adquirir la rapidez del pensamiento en sus traslados. Para algunos autores, el caduceo es el atributo iconográfico que identifica a los heraldos o mensajeros de los dioses. Mientras, otros estudiosos se refieren a él como símbolo de armonización de contrarios o atributo de paz.
Iris y Hermes
Las fuentes iconográficas nos muestran, como veremos, tanto a Iris como a Hermes portando el caduceo, desde finales del siglo VII a.C. Otro de los atributos iconográficos distintivos de la diosa son sus sandalias o zapatillas aladas. También utilizadas por los artistas entre los signos gráficos convencionales establecidos a la hora de representar a Hermes, y que son clara alusión a la rapidez de su curso y a su vuelo.
Iris y Hermes, como mensajeros divinos, comparten atributos iconográficos y, ocasionalmente, la presencia de ambos puede advertirse, al mismo tiempo, en las obras de arte. En opinión de Hild, podría pensarse que a medida que se hizo más importante en la literatura y en las artes el papel de Hermes como mensajero divino, iba disminuyendo la presencia de Iris.
Se ha apuntado, también, que mientras Iris quedaba relegada al servicio de Hera, Hermes pasaba a ser el heraldo personal del gran Zeus y los dioses masculinos. Por lo general, Iris era la encargada de transmitir los mensajes funestos, mientras que a Hermes le correspondía el honor de llevar las buenas nuevas. Sea como fuere, Hermes fue acrecentando su presencia en el arte griego, mientras que la figura de Iris no experimentó mayor popularidad a medida que avanzaba el tiempo.
Hermes niño
Muy interesante es la representación de la diosa con Hermes niño representada en una tacita ática de figuras rojas, del 450 a.C. (Museo de la Universidad de Tubingen). Es una bellísima figura, ejemplo de perfección clásica, que se dirige hacia su izquierda, donde se encuentra Zeus (del que sólo se conserva el cetro), con las alas desplegadas y el cabello recogido, llevando en sus brazos al pequeño Hermes, a quien la diosa mensajera ha cedido el caduceo, como si quisiera presentarle ante Zeus como su descendiente. Destaca, asimismo, la representación de la diosa alada en una crátera de columnas fechable en torno al 460 a.C. (París, Louvre) atribuida al Pintor de las Nióbides. En dicha representación, la diosa precede a la cuadriga de Atenea, y, ha sido representada con su caduceo, en actitud de levantar el vuelo, con los pies sutilmente elevados sobre el suelo y con una gracilidad que en todo resulta apropiada a dicha actitud.
No faltan ejemplos en los que los dos mensajeros, Iris y Hermes han sido representados en la misma obra, siendo ambos portadores del caduceo.
Iris, la Diosa del arco iris
Sirva de reflexión final la idea de que un fenómeno tan admirable y bello como el arco iris nunca dejó de excitar la imaginación de los hombres en muy diversas culturas. Y es por ello que en torno a él se forjaron numerosas leyendas para explicar, de forma poética, el estado anímico o espiritual que su contemplación produce en el ser humano. Aunque la exégesis científica de su aparición es de todos conocida, siempre ha sido y seguirá siendo mucho más atractivo el acercamiento a su sobrenatural belleza desde el punto de vista del prodigio.
Y si comparamos a Iris con las gorgonas, o con el Mago del Tarot, es la letra Aleph. (Obsérvese los pies, y las manos)
El símbolo del caduceo
Consiste en dos serpientes entrelazadas entorno a una vara, de cuya parte alta surgen dos alas. Las serpientes que se alzan sobre el bastón representan la energía que asciende por la columna desde el chakra raíz, y asciende del cuerpo al cerebro, mostrando con las alas, la liberación del ser cuando la energía alcanza la glándula pineal y lo ilumina. La corona representa nuestro máximo potencial, y la expresión de nuestra divinidad cuando activamos la glándula pineal representada por una piña. La coronación del ser es la conquista de la iluminación.
Ana Suero Sanz.
No te olvides de compartir este artículo si te ha gustado, y si quieres aprender mucho más sobre simbología y cábala no dejes pasar la oportunidad de apuntarte a mi curso de cábala oculta en el Tarot.