La quinta dimensión
Aquí os dejo un artículo muy interesante publicado en «Más allá de la Ciencia» titulado «La quinta dimensión desde el ocultismo, el Tarot y la simbología» donde tuve el honor de colaborar y aportar mi granito de arena para esta magnífica revista. Quiero dar las gracias a Cristina Mª Menéndez por su impecable trabajo, dedicación y esfuerzo a la hora de desarrollar esta entrevista. Al final de este artículo podrás ver el video de la entrevista completa que Cristina me hizo online en la plataforma ZOOM para «Mil y una lunas«.
¿Un salto evolutivo anunciado?
La hominización, proceso evolutivo biológico de la especie humana, se ha desarrollado durante miles de años; desde nuestros antepasados del género “homo” hasta el “homo sapiens”, configurando un ser más avanzado. Pero algo de vital importancia ha quedado olvidado en el camino…
En los últimos siglos, este progreso ha ido de la mano de lo tecnológico y lo científico, dejando a un lado el sentir espiritual, o mágico, como propio de pueblos primitivos. Sin embargo, los acontecimientos vividos en 2020 han promovido la necesidad de mirar hacia dentro y tomar conciencia de que el ser humano no es simplemente un cuerpo material sin más; como diría el científico y teólogo Teilhard de Chardín (1881-1955): “No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual; somos seres espirituales viviendo una experiencia humana”.
Paralelamente a nuestro proceso evolutivo puramente material y tecnológico existe un desvelamiento espiritual, desde la individualidad del Ser. El médico, psicólogo y ensayista Carl Gustav Jung (1875-1961) planteó la importancia de la espiritualidad como búsqueda: “Es mi convicción más profunda que, a partir de ahora hasta un futuro indeterminado, el verdadero problema es de orden psicológico.
El alma es el padre y la madre de todas las dificultades no resueltas que lanzamos al cielo”. Sus profundos estudios del cristianismo, el hinduismo, el budismo, taoísmo y gnosticismo le llevaron a la conclusión de que lo “espiritual” constituía la raíz misma de la vida psíquica. Dicho todo esto, los últimos acontecimientos ocurridos en 2020 han puesto de manifiesto una necesidad de cambio a todos los niveles.
Para Pilar Villarrubia, cabalista, acupunturista y osteópata, lo vivido en 2020 ha puesto al ser humano frente a un espejo en el que mirarse por dentro, y a través de esa mirada interior conectarse con esa realidad espiritual tanto tiempo aletargada para lo cual es importante no alimentar ni el cuerpo ni el alma con miedo, para tener una vibración elevada que nos ayude a hacer ese paso evolutivo de la mejor manera.
Pero ¿por qué ahora más que nunca se hace necesario ese contacto con nuestro yo espiritual? Se habla mucho en estos días de que aquellos acontecimientos señalados por textos como el Apocalipsis podrían estar sucediendo a la vista de todos.
Así se habla de Armagedón (Apocalipsis, 16-16) como un término que se refiere a final de tiempos. En la tradición budista, por ejemplo, el apocalipsis está ligado a un karma colectivo y, por tanto, el resultado puede variar fruto de la actuación del ser humano… Sea como fuere los tiempos que vivimos hoy hacen necesario un reseteo que, cual torre del Tarot precisa deshacer, destruir, para construir desde otras perspectivas y es desde muchos foros ajenos a lo “oficial” donde se plantean un viaje, un salto cuántico hacia la 5ª dimensión. Para tratar de averiguar de qué tratan esos cambios decidí ponerme en contacto con diferentes personas del mundo del Tarot, la alquimia, el simbolismo, el druidismo, el contacto con seres de 5ª dimensión, la cábala, o la investigación médica para tratar de ver las posibles semejanzas en el mensaje.
Las conclusiones han sido muy reveladoras…
HACIA LA QUINTA DIMENSIÓN
Para Ana Suero Sanz, practicante y maestra de la cábala oculta en el Tarot, la alquimia, el cristianismo primitivo y facilitadora de una nueva técnica de sanación llamada PSYCH-K, nos encontramos en el final del desdoblamiento del tiempo, tal y como comentó el físico y creador de Físico, autor de “The Doubling Theory” (1988), Jean Pierre Garnier: “Investigadores apuntan como Garnier a que estamos inmersos en un ‘Big Crunch’, es decir, una implosión, el Universo está comprimiéndose. Por eso es vital que el ser humano sea Dios en pensamiento, palabra y obra. Precisamente lo que te enseña el Tarot es eso, la ecuación del Hombre-Dios.
Cuando se estudia el Tarot como un libro sagrado te das cuenta de que lo que hay que hacer es ‘fijar a Dios en nosotros’, esa es la verdadera alquimia espiritual”. Y añade: “Esto se ve muy claramente en la estrella de cinco puntas. Las dos puntas hacia arriba nos hablan del hombre dividido entre su parte animal y su parte divina. Dos voluntades separadas en su parte egoica y su parte divina que representan al diablo. Es el hombre atado por sus pasiones y deseos. Pero cuando lo giramos y solo una punta mira al cielo hablamos del gorro del mago, una única conexión con Dios (‘Hágase tu voluntad y no la mía’)… Es vivir en el TAO”.
Muchos GRUPOS ESPIRITUALES se han unido para dar un sentido a todo lo que estaba ocurriendo, así como para dar ese “salto cuántico”, evolutivo, que la humanidad necesita realizar.
Aún en esta ceguera espiritual, interior, ha habido muchas personas que han sentido, hace muchos años, que algo se estaba preparando entre bambalinas. Muchos grupos espirituales se han unido para dar un sentido a todo lo que estaba ocurriendo, así como para dar “salto cuántico”, evolutivo, que la humanidad está realizando, como parte de
un devenir cósmico. Los textos sagrados de diferentes religiones, las profecías o las canalizaciones de personas de todas partes del mundo han situado estos cambios como algo inminente fruto de una gestación anunciada.Se habla de la 5ª dimensión como una expansión aún mayor de la conciencia que se relaciona con la percepción de que todo es uno. Pero, al parecer, este cambio espiritual también conlleva una transformación de la materia hacia una vibración más elevada, en consonancia con la propia elevación de frecuencia del planeta Tierra…
De hecho se ha comprobado que la resonancia Schumann del planeta se ha elevado de 7,8 Hertz a 12 Hz en los últimos 8 años.
Ese cambio vibratorio, para muchos estudiosos del tema, está promoviendo un progresivo aligeramiento de la materia en pro de la energía de luz, como si el ser humano fuese un instrumento musical que eleva y afina su resonancia para acoplarse al del planeta también cambiante.
Para Sanz no se trata de un cambio que hay que esperar, pues “ya estamos inmersos en el cambio”: “Se están abriendo percepciones nuevas en personas que no habían sentido algo así antes. La 5ª dimensión es un estado que se va alcanzando progresivamente, tal y como enseñan los cabalistas. Con una masa crítica de personas que logre vibrar más alto, dejando fuera el conflicto, la negatividad, el miedo, a pesar del caos, eso producirá, indudablemente un salto global.
El ingeniero Gregg Braden comenta que si la raíz cuadrada del 1% de la humanidad está vibrando alto, esta es una energía tan potente que arrastraría al resto del planeta. Para mí el Reino de la naturaleza es el Reino de Dios. La naturaleza está en 5ª dimensión. Las luchas políticas lo único que hacen es bajar la vibración a través de la confrontación y el miedo. Desde la 5ª dimensión siento la conexión con cada ser, desde mi sentir interno”.
Y añade: “Todo es fractal, por lo que el número de dimensiones puede ser infinito. Cada 26.000 años se da un salto evolutivo; ahora estamos en el umbral”.
A su vez, Matilde Trejo, canalizadora, Guardiana de la Luz y Reparadora de Almas como ella misma se define, la cual ha vivido desde muy joven el camino espiritual especialmente desde la Alquimia del ser, considera que la transición a la que se enfrenta el ser humano en la actualidad ha sido entretejida a través de una “revolución silenciosa”, potenciada por lo que se dio en llamar “Convergencia Armónica” en el famoso 12/12/12 (dónde se dio una alineación excepcional de planetas en nuestro Sistema Solar).
Este propició, un cambio, un nuevo paradigma, a una humanidad más cooperativa y colaboradora entre sí y con el entorno. Este nuevo estadio supone un proceso evolutivo, tal y como se ha dado en otras épocas del pasado, desde el hombre más primitivo al más evolucionado y que ha tenido en los últimos tiempos diferentes puntos de inflexión y un “despertar” progresivo de una parte de la humanidad hacia su conexión espiritual: en los años 60-70; 1989 a 1992 y más recientemente en 2001, 2012 y 2020, tres años clave para el proceso.
CONTACTO CON SHARHIM
Sin embargo, aunque este salto evolutivo plantee cuestiones espirituales, también hay una parte material que hará el salto. Por tanto, para acercarme a esa realidad de 5ª dimensión tuve la oportunidad de entrevistar a Jesús Jofre Milá, el cual tuvo una experiencia de contacto extraterrestre asombrosa que ha recogido en su libro: “Contacto con Sharhim: Un ser de 5ª dimensión”.
Este me explicó cómo son estos seres de 5ª dimensión de la raza Shaun, cómo viven, qué comen…: “Nosotros somos un 20% de energía y 80% de materia. Sin embargo, Sharhim y sus congéneres tienen un 90% de energía y apenas un 10% de materia. Su base atómica se sustenta en el silicio, y no en el carbono como en el ser humano.
Se habla de la QUINTA DIMENSIÓN como una expansión aún mayor de la conciencia que se relaciona con la percepción de que todo es uno.
Para mí son como computadoras que no necesitan alimentarse; solo lo hacen a través del sol, del agua cristalina y del canto de los pájaros… La vibración aumenta la armonía de estos seres”. En un encuentro con varios sensitivos y videntes, durante unas meditaciones en el bosque, uno de ellos solicito a Jesús Jofre que pidiese a Sharhim que se manifestase de algún modo, para lo cual mentalmente el ser habló a la vidente y solicitó que hiciesen fotografías a Jesús. El resultado fue que apareció un orbe dorado de gran tamaño en la mano del contactado. El ser además explicó, también mentalmente a Jesús, que esa era su apariencia real.
Jofre me comentó que a nivel molecular el ser humano está cambiando su base de carbono, hacia una base de silicio. Un proceso evolutivo que forma parte de un plan Cósmico en que está inmersa la Tierra y para lo cual seres más evolucionados que nosotros están propiciando. “En diferentes momentos astrológicos, eclipses, alineaciones planetarias… se nos están enviando códigos que se integran en nuestro ADN para ayudarnos en el proceso”, comenta el contactado. Una afirmación en la que coincide con Trejo: “En esa transición pasaríamos del Hacer al Ser, viviendo en nuestro planeta en 3D, materia, pero conectando desde otros niveles de conciencia con la 5D. Esto ocurrirá hasta tener un anclaje definitivo en 5D. Para alinearse con este cambio es muy importante una visión integrativa y holística del ser humano. Enfrentarnos a nuestra sombra. Trascender el símbolo, el rito, que es el umbral, la puerta hacia lo trascendente…
Es lo que San Juan de la Cruz definió como ‘La noche oscura del alma’ a través de tres importantes pasos: transmutar, transformar y transcender”. Y añade:: “Los nuevos seres que nacen traen una información en el ADN
más evolucionada. De ahí los llamados niños Cristal. Ha habido un cambio en la percepción del tiempo, que se ha acelerado provocando que los procesos internos de aprendizaje sean más rápidos. Además, no es casualidad que
el proceso coincide con que toda la vía láctea está atravesando el ‘cinturón de fotones’. En aproximadamente 5 años, alrededor de 2025 o 2026 los sistemas financiero, económico, político, sanitario, educativo, religioso caerán en pro de una nueva estructura armónica”.
DESDE EL CHAMANISMO
Nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro para muchos están conectados con la intervención e influencia de los Seres de las Estrellas. Una reflexión que para el Chamán argentino Rubén Espósito habría que matizar.
Para él, que supo que era chamán a los 15 años y que lleva 30 años dedicado a ello, la piedra angular de todo está en la sensibilidad.
Una sensibilidad en la que radica todo el poder de un chamán y que le ha servido para comprender y dar sentido a una experiencia personal que vivió en el pasado: “Se debe tener mucho cuidado cuando se trata con entidades. No son inteligencias humanas. Son seres que evolucionaron en una realidad muy diferente a la nuestra. Por ende, son seres muy diferentes a nosotros. Ni se nos parecen. Algunos ni siquiera entienden lo que es el tiempo.
Tienen tal nivel de conciencia que para ellos el tiempo es simultáneo y no lineal. Son capaces de ver toda la historia de este Universo en detalle y simultáneamente. A nosotros nos parecerían dioses”. Prosigue: “Son como arquitectos. Son como diseñadores. Moldeadores. Pero es imposible para nosotros conocer sus intenciones.
Nuestras capacidades mentales son ínfimas comparadas con las de ellos”.
Las entidades de la QUINTA DIMENSIÓN son seres que evolucionaron en una realidad muy diferente a la nuestra. A nosotros nos parecerían dioses.
Para Espósito, plantear el tema del “tiempo”, como referencia a la hora de abordar acontecimientos que podrían suceder, es complejo: “En realidad el tiempo no existe. Es solo un juego entre percepción y memoria.
Un mecanismo mental de adaptación. Una forma que tenemos de ordenar y darle un sentido al Universo. La forma de percibir el tiempo no es la misma para todos. Y es que en realidad el tiempo es simultáneo. No lineal.
Pero estos seres, así perciben el cosmos. No como una sucesión. Nosotros evolucionamos para adaptarnos a una ínfima parte de la realidad. Son datos mínimos los que manejamos. Si se piensa en el tiempo como estructura es hasta natural que los patrones se repitan. Así funciona la naturaleza. Va creando réplicas. No réplicas exactas. Réplicas imperfectas.
Son las imperfecciones las que crean la diversidad. Es lo imperfecto lo que hace que el Universo sea Universo…Nosotros medimos eso desde un paradigma puramente humano. Desde nuestra forma peculiar de percibir
y entender el Universo. Otros seres viven en realidades distintas a la nuestra. Esos son los verdaderos maestros”.
Y añade: “Los que pueden darnos algo de luz. En el 1993 tuve una experiencia asombrosa, pero también aterradora. En aquella época
tenía 19 años. Estaba haciendo mi servicio militar en el Regimiento de Caballería de Tanques 8. En el pueblo de Magdalena, Buenos Aires. El regimiento estaba a unos diez kilómetros del pueblo. Campo adentro. Aquella noche me tocaba guardia en el polvorín. Alejado unos 4 kilómetros del cuartel. Me gustaba la paz de aquel lugar. Serían poco más e las dos de la mañana cuando pasó eso.
El cabo y el otro soldado que estaban conmigo dormían dentro del puesto. Yo estaba solo fuera. Recuerdo la paz que irradiaba el campo. La luna estaba llena e iluminaba el campo como si fuera de día. Recuerdo que me sentía muy a gusto. Salí a dar una ronda alrededor del puesto. Fue entonces cuando noté algo raro en el campo. Tardé un poco en darme cuenta de qué era. Y era que todo estaba en penumbras. La luna ya no alumbraba.
Me puse a buscar la luna en el cielo, pero no la encontraba por ningún lado. No estaba incandescente como en un eclipse. Ni oculta por una nube. La luna no estaba. De repente la vi aparecer de detrás de una sombra. Algo
la había estado ocultando. Duró unos segundos aquello. Recuerdo que solo fue eso. Una sombra. No había un objeto. Ni luces en el cielo. Nada. Lo que sea que la ocultara no era visible. Solo era una sombra.
Recuerdo también oír una voz. No era humana. Era una voz metálica. Rítmica. Artificial. Se oía más como un motor. Repetía aceleradamente y sin hacer ninguna pausa. ‘No timoris’. Estos encuentros son tan sorprendentes como aterradores. Estos seres hablan de la vida una. O de la vida unificada. Ven la vida como una entidad en sí misma. Como manifestación. Pero la vida es una entidad que se auto sustenta. Es como una entidad que se alimenta de sí misma. Se diversifica y se nutre. Para ellos, la vida no tiene más sentido que persistir y perfeccionarse. Dicen que cuando la evolución acabe, Criatura, Creador y Creación serán uno, y lo mismo. Que nada es. Que todo está viniendo a ser. Que nosotros somos apenas la semilla de lo que vendrá después. Que no somos seres acabados”.
MEDICINA DEL FUTURO
Este halo de cambios que ciñe nuestras vidas hoy también requiere de un análisis profundo de lo que la medicina debería aportar en el futuro para ser realmente útil al ser humano. Para ello, el médico e investigador Vicente
Martínez considera vital volver la mirada hacia la Naturaleza, a la que hemos dañado creyéndonos seres por encima del bien y del mal: “Las enfermedades no han cambiado, pero sí nuestra percepción, y la Covid-19 nos ha enfrentado con nuestra propia vulnerabilidad…
Para el druida Jordi Mary Hostalrich estamos inmersos en un CAMBIO GLOBAL, en el que
no solo está implicado el ser humano, sino también la Naturaleza en su conjunto.
Somos una especie devastadora. Tenemos que ser humildes”. El trabajo de Martínez, muy cercano a la neurociencia y la psiquiatría ha detectado “hoy” un aumento de las fobias, de la depresión, y un ansia de recuperación de la libertad sin que se veamos el final del túnel: “Carl Jung habló en el siglo XIX del inconsciente colectivo que en neurociencia sabemos que existe. Es la memoria evolutiva de la humanidad”. Prosigue: “Hemos pasado y estamos pasando de una consciencia individual hacia una mayor cooperación, hacia lo colectivo.
Nuestro hemisferio izquierdo, matemático, simbólico, racional ha primado sobre el hemisferio derecho que rige lo intuitivo, concreto, atemporal, la creatividad…El futuro demanda un desarrollo de nuestro lado derecho dejando atrás lo que ha venido siendo un apego al dinero, la fama, el triunfo… Es por ello que también la medicina debe de ir desde lo individual a lo global. Como dijo Howard Gardner, psicólogo, investigador y profesor de Harvard, ‘la inteligencia no es única’.
Existen 12 inteligencias.
Es por ello, que la medicina debe ser ‘personalizada’ y de ‘precisión’. De hecho el desarrollo de la terapia génica, celular, la ingeniería de tejidos va en esa dirección. La medicina física, en el futuro más inmediato, va a constituir una disciplina esencial dentro del Arsenal terapéutico del que disponen los médicos. La química cedió su protagonismo a la bioquímica y ahora es la física la que nos está mostrando sus propiedades curativas, más allá del uso tradicional de la radioterapia o los rayos X. La radiofrecuencia, las ondas electromagnéticas, los fotones, las partículas subatómicas, la radiación ultravioleta, por sus efectos antivirales, etc., y más recientemente la posible utilización con fines médicos de la energía taquiónica, como una energía sanadora eficaz y segura para los seres vivos….
Asimismo, la llamada biofilia es nuestro sentido de conexión con la naturaleza y con otras formas de vida y fue un término empleado por primera vez por el psicoanalista y filósofo alemán Erich Fromm”.
Jordi Mary Hostalrich pertenece a una larga saga familiar de druidas y curanderos de Bretaña. Como “guardián del roble” como él mismo se define, sus herramientas están en consonancia con la Naturaleza sanadora, la luna y el sol. Con respecto a estos cambios en los que parece que estamos inmersos, para él forman parte de una transformación global del planeta, en el que no solo está implicado el ser humano, si no todo el conjunto de seres que lo habitan, desde los animales, minerales y la propia Madre Tierra.
Hostalrich ha percibido, además, un cambio profundo en el comportamiento de muchos animales y considera que se hace necesario cambiar el sufrimiento por la evolución.
Como gran conocedor de las runas druídicas, basadas en los 4 elementos de la Naturaleza, estos tiempos de cambio podrían relacionarse con la runa de la luz, Kano, representa la llegada de la luz. También la de la apertura, que permite ver las cosas con más claridad y perspectiva.
Para el investigador y cabalista Jaime Villarrubia el FIN DE LOS TIEMPOS tiene como resultado el despertar de la conciencia.
También es conocida con los nombres de Kaunaz o Kez. Además de estos sentidos positivos que aporta, impulsa a la acción, lo cual para estos tiempos es bastante significativo. Esta runa nos habla de comienzos, del renacimiento después del sacrificio. La vida después de la muerte. “Es emocionante vivir estos tiempos de gran evolución, una oportunidad que hemos elegido si estamos aquí para experimentarlo en primera persona… Es la extensión de la
magia, de la luz y la expansión hacia la 5ª dimensión…”, comenta el Druida.
LA ESQUINA DEL TIEMPO
El investigador y cabalista Jaime Villarrubia Ortega, junto con su hijo Iván Villarrubia, publicó en 2005 “La esquina del tiempo”, fruto de una exhaustiva investigación. En él concluye que el tiempo, al parecer, retrocede a partir de un punto concreto en la historia, pero además lo hace acelerando su velocidad. Al plegarse sobre sí mismo el tiempo, acontecimientos del pasado se conectan con nuestro presente. Un extraño fenómeno que empezó, según Jaime Villarrubia, en 1891.
De acuerdo su teoría, dichos investigadores han encontrado cientos de acontecimientos de todo tipo que vuelven a suceder conforme a una fórmula matemática que toma como base 187 años hacia el pasado y 13 hacia el futuro. Así por ejemplo 1455, la Guerra de las 2 Rosas coincide con la Independencia de Irlanda en 1922; en 1453 la Conquista de Constantinopla coincide en 1923 con la Conquista de Esmirna; hacia 1333 la influencia China en Japón coincide en 1930 con la hostilidad de Japón contra China, y un largo etc.
Basándose en dichas investigaciones, Villlarrubia ha podido encontrar un punto de encuentro entre junio de 2020 y la muerte de Jesús. Curiosamente el próximo 2022 correspondería al nacimiento del Salvador, el cual dio inicio a una nueva era. ¿Esta coincidencia nos habla de un nuevo comienzo?
Todo apunta, para el investigador que el fin de los tiempos tiene como resultado el despertar de la conciencia. El fin del tiempo como variable independiente.
Para la Astrología, la era de Piscis que se inició con Jesús, finalizó el pasado 21 de diciembre de 2020, dando paso a la Era de Acuario o a su umbral, por lo que no deja de ser significativa la afirmación de Villarrubia respecto de estos años convulsos.
Sea como fuere hay una coincidencia extraordinaria que nos habla de cambios a la vista y que probablemente no tardaremos en descubrir.
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