Virgo los doce trabajos de hercules

Los doce trabajos de Hércules, Virgo

Trabajo 6

Apoderándose del cinturón de Hipólita*

Virgo (22 Agosto – 21 Septiembre)

El Mito

El Gran Presidente llamó hacia él al Maestro que vigilaba a Hércules. “El tiempo se acerca”, dijo, “¿Cómo se conduce el hijo del hombre que es un hijo de Dios? ¿Está nuevamente preparado para aventurarse y probar su temple con un adversario de una clase diferente? ¿Puede pasar ahora el sexto Gran Portal?”

Y el Maestro respondió: “Sí”. Él estaba seguro dentro de sí mismo que cuando el mandato saliera, el discípulo procedería a trabajar nuevamente, y esto se lo dijo al Gran Presidente dentro de la Cámara del Concilio del Señor.

Y entonces surgió la orden. “Levántate, Oh, Hércules, y pasa el sexto gran Portal”. Otra orden surgió asimismo, aunque no para Hércules, sino para aquéllos que habitaban en las riberas del gran mar. Ellos oyeron y escucharon.

En esas riberas habitaba la gran reina, la cual reinaba sobre todas las mujeres del mundo entonces conocido. Ellas eran sus vasallos y sus osados guerreros. Dentro de su reino no se encontraba un solo hombre. Sólo las mujeres se reunían alrededor de su reina. Dentro del templo de la luna profesaban diariamente su culto y allí hacían sacrificios a Marte, el dios de la guerra.

Ellas venían de regreso de su visita anual a la tierra de los hombres. Dentro de los recintos del templo esperaban la orden de Hipólita, su reina, quien estaba de pie sobre las gradas del altar mayor, llevando el cinturón que le había dado Venus, la reina del amor. Este cinturón era un símbolo, un símbolo de la unidad lograda a través de la lucha, el conflicto, la contienda, un símbolo de la maternidad y del Niño sagrado hacia quien toda vida humana realmente se vuelve.

“Ha llegado la noticia”, dijo ella, “que por su camino viene un guerrero cuyo nombre es Hércules, un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios; a él le debo entregar este cinturón que uso. ¿Obedeceré la orden, Oh, amazonas, o combatiremos la palabra de Dios?” Y mientras ellas escuchaban sus palabras y mientras reflexionaban acerca del problema, nuevamente surgió una voz, diciendo que él estaba allí, con anticipación, esperando apoderarse del sagrado cinturón de la aguerrida reina.

Delante del hijo de Dios quien era asimismo un hijo de hombre, se presentó Hipólita, la reina guerrera. Él combatió y luchó contra ella y no escuchó las bellas palabras que ella se esforzaba por decir. Él le arrancó el cinturón, ofrecido en obsequio como símbolo de unidad y de amor, de sacrificio y de fe. Aún, apoderándose del cinturón, la mató, matando a quien le daba lo que él quería. Y mientras él permanecía al lado de la reina agonizante, horrorizado por lo que había hecho, oyó hablar a su Maestro:

“Hijo mío, ¿por qué matar lo que se necesita, está cercano y es querido? ¿Por qué matar a quien amas, la dadora de dignos obsequios, custodio de lo posible? ¿Por qué matar a la madre del sagrado niño? Otra vez, advertimos un fracaso. Otra vez no has entendido. Redímete ahora mismo, y busca otra vez mi rostro”.

Se hizo el silencio y Hércules, llevando el cinturón sobre su pecho, buscó el camino hacia el hogar dejando a las mujeres lamentándose, privadas de dirección y de amor.

* * *

 Hércules fue nuevamente hacia las costas del gran mar. Cerca de la costa rocosa vio un monstruo del abismo, sosteniendo entre sus mandíbulas a la pobre Hesione. Sus agudos gritos y quejidos se elevaban al alto cielo y herían los oídos de Hércules, entregado a la pena y no conociendo el sendero que pisaba. Él se lanzó prontamente en su ayuda, pero ya era demasiado tarde. Ella desapareció dentro de la garganta cavernosa de la serpiente marina, ese monstruo de mala fama.

Pero olvidándose de sí mismo, este hijo del hombre que era un hijo de Dios, enfrentó resueltamente las olas y alcanzó al monstruo, quien, volviéndose hacia el hombre con rápido ataque y fuerte rugido, abrió su boca. Dentro del rojo túnel de su garganta se lanzó Hércules, en busca de Hesione; encontrándola en lo profundo del vientre del monstruo. La tomó con su mano izquierda, y la sostuvo estrechamente, mientras con su fuerte espada abría camino desde el vientre de la serpiente a la luz del día. Y así la rescató, compensando su previo acto de muerte. Pues así es la vida; un acto de muerte, un acto de vida, y de esta manera, los hijos de los hombres, que son los hijos de Dios, aprenden la sabiduría, el equilibrio y la senda para caminar con Dios.

Desde la Cámara del Concilio del Señor, el Gran Presidente era espectador. Y desde su puesto a su lado, el Maestro también contemplaba. Hércules pasó nuevamente a través del sexto Portal, y viendo esto y viendo el cinturón y a la doncella, el Maestro habló y dijo: “El sexto trabajo está terminado. Tú mataste lo que te estimaba y todo lo desconocido y lo no reconocido que te daba el necesario amor y poder. Tú rescataste lo que te necesitaba, y así de nuevo los dos son uno. Reflexiona otra vez sobre los caminos de la vida, reflejándose en los caminos de la muerte. Ve y descansa, hijo mío”.

El Tibetano

Introducción

Se dice que, desde algunos aspectos, Virgo es el más antiguo de los signos zodiacales. A través de los siglos, ya sea Lilith o Isis, Eva o la Virgen María, todas retratan a la madre del mundo, pero es María quien finalmente sostiene al Niño en sus brazos. Y es en este signo que el conocimiento de Cristo es concebido y nutrido a través del período de gestación, hasta que finalmente en Piscis, el signo opuesto, nace el salvador del mundo.

Como en Leo, ésta es una experiencia de cueva, “en el seno del tiempo”, y deberá estar caracterizada por el calor, la quietud, las experiencias profundas y las “lentas pero poderosas crisis”. Es un signo sintético. En este punto El Tibetano dice:

“La simbología de Virgo atañe a todo el propósito del proceso evolutivo, el que es proteger, nutrir, y finalmente revelar la oculta realidad espiritual. Esto, vela toda forma, pero la forma humana está equipada y dispuesta para manifestarlo de una manera diferente de cualquier otra expresión de la divinidad, y así hacer tangible y objetivo aquello a lo que aplicó el proceso creativo”

(Astrología Esotérica, pp. 175-6).

Esta cualidad sintética está además enfatizada por el hecho de que otros ocho signos (todos excepto Leo, Libra y Capricornio) por medio de sus regentes planetarios, vierten sus energías a través de Virgo, y el Tibetano llama la atención sobre el hecho de que ahora estamos entrando al octavo signo desde Virgo. En otras palabras, el próximo signo antes de aquél en el cual el Niño es dado a luz, el signo que verá a muchos tomar la iniciación.

Hay que recordar que todos los hombres y mujeres pasan por todos los signos, y para aquellos nacidos en Virgo, o teniendo ese signo en el ascendente (el punto oriental del mapa celeste indicando el propósito del alma del discípulo) estas cualidades o energías son desplegadas de muchas maneras, pues las organizaciones, las artes, las ciencias, todas requieren largos períodos de gestación mental y de lucha, de traer a la luz nuevas ideas en manifestación.

Otro rasgo original de Virgo es que tiene un triple símbolo, el que sólo otro signo, Escorpio, tiene. Esto es significativo, implicando que estos dos signos están “conectados con el crecimiento de la conciencia de Cristo. Ellos señalan puntos críticos en la experiencia del alma, puntos de integración, donde el alma está conscientemente satisfecha con la forma y al mismo tiempo con el espíritu”.

(Astrología Esotérica, pág. 188).

Esta afirmación sustenta la teoría espiritual de los Triángulos, que son muchos y el Tibetano agrega estas majestuosas e impresionantes palabras:

“Bajo la voluntad de la Deidad y la inalterable energía en el corazón del zodíaco manifestado, ellos producen los cambios en el conocimiento que hacen al hombre divino al final del ciclo del mundo”.

Y además:

“Es a través de la fusión y la mezcla de las tres energías planetarias, por obra del pensamiento humano, reaccionando a las energías zodiacales, que nuestra tierra será transformada en un planeta sagrado”.

Seguramente estas palabras expanden nuestra visión, profundizan nuestra comprensión, nos dan fe en el futuro de la humanidad, y fuerza para cooperar pacientemente con el presente.

Interpretaciones del Mito

La historia del mito relataba que el Gran Presidente reconoció que este trabajo era ciertamente con un enemigo “de una clase diferente”. Es interesante que los dos trabajos que Hércules desempeñó mal, aunque eventualmente los ganó, fueron con sus polos opuestos, las mujeres. En Aries, la conquista de las yeguas devoradoras de hombres envaneció tanto su ego que avanzó con paso majestuoso lleno de orgullo y dejó las yeguas a Abderis, su personalidad, con el resultado que ellas escaparon y el trabajo tuvo que ser repetido. “Pero Abderis yacía muerto”. Y en el trabajo de Virgo, mató a la reina de las Amazonas, aunque ella le ofreció su cinturón, y entonces él tuvo que rescatar a otra doncella, Hesione, del vientre de la serpiente para compensar por la vida que él había tomado innecesariamente.

Por lo tanto, la guerra entre los sexos es de antiguo origen; realmente es inherente a la dualidad de la humanidad y del sistema solar. A este hecho nuestras cortes de divorcio le rinden un fuerte testimonio; y la competencia surge en los negocios como así también en el hogar.

Hay pequeños pero importantes puntos en la historia, que no deben ser pasados por alto. ¿En qué contribuyó Hipólita al error? Tal vez en esto: Ella ofreció a Hércules el cinturón de la unión, que Venus le había dado, porque se le había dicho que Aquel que preside así lo había ordenado, no porque ella sintiera la unión. ¿Lo hizo bajo apremio pero sin amor? Y por lo tanto ella murió. Aun así se nos dice que el mal debe venir, pero el infortunio les acontece a aquellos de quienes viene, y así Hércules fracasó en comprender su misión espiritual, aunque logró sus objetivos.

Asimismo uno se pregunta: ¿Por qué las Amazonas hacían una salida anual al mundo de los hombres? ¿Era para hacerles la guerra, o para buscar la unión, en la cual no había corazón? ¿Era para buscar nuevos miembros para su mundo sin hombres? Pero Dios, se nos dice, mira al corazón. Llegará como una conmoción a muchos de estrictos y legalmente morales criterios, reflexionar que una prostituta reconocida, pueda ser superior a una mujer que agrega la blasfemia a la prostitución, cuando ella hace promesas en la iglesia, sin amor y sin intención de servir, sino sólo para obtener dinero, seguridad o una posición.

Uno raramente oye un sermón sobre la mujer adúltera, de quien Cristo dijo, “Yo no te condeno. Ve en paz y no peques más”. Todo esto parece sutilmente involucrado en el mito del trabajo en Virgo. Su aplicación práctica así como su significado cósmico y espiritual son asombrosos. Se nos dice que la “guerra con propósito entre los sexos está ahora en un punto culminante”.

Esta vez el maestro nos dijo meramente que el trabajo estaba mal hecho. Dijo sin equívoco, “¿Por qué matar a la madre del sagrado Niño? De nuevo advertimos un fracaso. Otra vez no has entendido. Redímete ahora mismo, y busca “de nuevo mi rostro”. Estas fueron las palabras duras y nosotros las escucharemos como el principio fundamental. “Otra vez no has entendido”. Se hizo el silencio y Hércules, llevando el cinturón a su pecho, buscó el camino de vuelta, dejando a las mujeres lamentándose y privadas de dirección y amor.

Primero el acto de la muerte; luego un acto de amor cuando, arriesgando su propia vida, Hércules rescató a Hesione y mereció del Maestro las palabras:

“Reflexiona de nuevo sobre los caminos de la vida, reflejándose en los caminos de la muerte. Ve y descansa, hijo mío”.

No ofrecemos disculpas por repetir las palabras del mito como las dijo el Tibetano; ellas son superlativamente hermosas y su poder mántrico parece destruido parafraseándolas.

Hay que señalar también que el trabajo no fue descrito a Hércules como en otros casos. La noticia sólo llega al país donde la reina de las Amazonas gobernaba su mundo de mujeres, todos los hombres excluidos. Se dejó a Hércules el entender la naturaleza del trabajo, y él no lo hizo. También las Amazonas adoraban la luna (la forma), y a Marte, el dios de la guerra; ellas tampoco entendían su verdadera función, pues María es representada con la luna bajo sus pies, y en sus brazos el que es conocido como el Príncipe de la Paz.

Los Dos Caminos

Como siempre hay una elección por el bien o el mal ante el nativo de un signo, dependiendo de su estado de evolución y el grado de sensibilidad. Virgo es llamada la diosa de la virtud o del vicio. Pero, ¿Cuál es la raíz significativa de “vicio”? “Volver 71 ineficaz” y eso para Virgo es negar todo el propósito del signo. Se dice que “el Cristo es para ella el propósito de la existencia”. La raíz de “virtud” es la palabra latina vir que significa “fuerza”, “hombre”, como en “virilidad”.

La profunda significación de vicio como una ineficacia de la vida espiritual, nos recuerda una vez más la explicación del dicho en una de las Reglas del Camino: “Pues cada uno debe conocer la vileza de cada cual y aún seguir amando”. Pues parece que un villano en este sentido es meramente un ser de mente estrecha, un hombre algo rústico, un habitante de una pequeña aldea, que no conoce nada, más allá de su pobre pequeño círculo-no-se-pasa.

Cuán obvias, y qué engendradoras de verdadera tolerancia, son estas significativas raíces. Demasiado tiempo hemos apaleado el cuerpo, el físico, como a la raíz de todo mal, cuando son realmente nuestras mentes, nuestros duros, pequeños corazones, los que causan actitudes y hábitos erróneos; no siendo el cuerpo sino un dispositivo automático de respuesta, sujeto al control del hombre interior. Otra idea se presenta por sí misma en esta relación, es decir, que “pecado” significa literalmente: “Cualquier cosa que se hace impropiamente”.

Simplemente, no acertar con el “ojo del buey”, el “ojo de la iluminación” expresado en Tauro, es un pecado para el hijo del hombre que es también el hijo de Dios. Cuán perfectamente estas ideas fundamentales actúan recíprocamente y se confirman mutuamente, cuando abandonamos las complejidades de la mente inferior. Virgo es también llamada la “diosa de los caminos” porque como el principio de la Madre Sagrada, ella simboliza la materia y también es el custodio de la vida de Cristo.

Es significativo que este sexto signo, el número de la actividad en el plano físico, es llamado el número de la Bestia. Esta idea parece tener una horrible fascinación para muchos, pero lo que realmente significa es que Virgo es un símbolo de la triplicidad, 6 en el plano físico, 6 en el plano emocional, 6 en el plano mental, no en absoluto 666.

Hay que recordar que el león es el rey de las bestias. El nativo alcanza finalmente en ese signo la personalidad desarrollada. Pero en Virgo, se da el primer paso que conduce hacia la espiritualidad, el alma es llamada el hijo de la mente y Virgo es gobernada por Mercurio, llevando la energía de la mente.

En esta disertación sobre Virgo A.A.B. dio una secuencia de lo más interesante de las referencias proféticas a la Virgen como sigue:

“He aquí, yo daré a luz mi siervo, el renuevo”

(Zacarías 3:8)

Un símbolo de Virgo es la mujer con la espiga de cereal, o la gavilla de trigo, o la rama de fruta en sus brazos. Recuérdese también la profecía de Isaías sobre la cual está basado nuestro Nuevo Testamento;

“Y una virgen concebirá y dará a luz un hijo”

Vinculen con este verso en Efesios cuando San Pablo dijo que algún día alcanzaremos la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Yo les recordaré que Cristo puso énfasis muchas veces en el nuevo nacimiento antes que en el sacrificio de la sangre. El significado esotérico es “la sangre es la vida”. Nosotros somos siempre demasiado literales.

Así como la antigua práctica de ofrecer animales matados en el altar pasó, así pasará la idea de la expiación por la sangre de Cristo. Eso nació del medieval complejo de culpa y la tortura del instrumento físico como un medio de producir el predominio del espíritu; cuando la verdad es que el cuerpo debería ser armonizado con el alma y hacer manifiesta su belleza, redimirlo. Todo esto está implícito en el signo de la Virgen y su trabajo. En La Doctrina Secreta hay una clara exposición de todo el mensaje de este signo:

“La materia es el vehículo para la manifestación del alma en esta vuelta de la espiral; y el alma es el vehículo en un giro superior de la espiral para la manifestación del espíritu, y estos tres son una trinidad sintetizada por la Vida que los compenetra a todos”.

Las Constelaciones y Estrellas

Las tres constelaciones en estrecha proximidad a la de Virgo son: La Cabellera de Berenice, la madre de la forma solamente; El Centauro, el hombre cabalgando sobre un caballo o el caballo con cabeza y torso de hombre, representando al ser humano, pues el hombre es un animal además de un dios. Esta es la más baja de las constelaciones y es notable que Hércules, aunque había pasado a través de cinco Portales, fracasara en el sexto Portal, y tuviera que empezar nuevamente desde abajo, y hacer reparación por su falta de amor y comprensión. Esto sucede a menudo a los discípulos avanzados. La tercera constelación conteniendo promesa del futuro es Bootes, “el que viene”, el salvador en Piscis, quien libera a la humanidad de la subordinación a la forma.

La misma Virgo es una constelación en forma de copa con tres estrellas principales delineándola, la copa de la comunión, de la cual Cristo dijo: “Beban todos ustedes de ella”; en su significado superior, el Santo Grial. La estrella más brillante es Spica, que significa “la espiga de cereal”. Cristo nació en Belén, que significa “la casa del pan”. Nosotros decimos, “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy”, el maná, el pan del cielo, o el pan y el vino de la comunión.

Siempre esta simbología del pan se manifiesta a través del Antiguo y el Nuevo Testamento, y hoy en día aún existe nuestro gran problema económico para proveer el pan, un símbolo del alimento, para un mundo hambriento: pan para el cuerpo y pan para aquellos que tienen hambre y sed de justicia. Todo esto como parte de la función nutricia de la madre del mundo, quien alimenta la forma y también al conocimiento de Cristo latente en la forma.

La Cruz Mutable y los Regentes Planetarios

Virgo es uno de los brazos de la cruz mutable, con su signo opuesto, Piscis, y el aéreo Géminis y el ígneo Sagitario completando los cuatro brazos. Es la cruz común de aquellos que tienen un estado probatorio. Su descripción es como sigue:

“La cruz mutable es la cruz del Espíritu Santo, de la tercera persona de la trinidad cristiana, ya que organiza la sustancia y evoca una respuesta sensible desde la misma”.

(Observar la hermosa correlación de esta manifestación con el hecho de que el Espíritu Santo protegía a María).

En esta cruz el hombre alcanza el estado de resignación y aspiración, y así se prepara para la cruz fija del discipulado. Es notable que “la cruz mutable de la personalidad dedica al hombre que está crucificado sobre ella, a fines materiales para que pueda aprender eventualmente sus usos divinos”. “El pecado contra el Espíritu Santo” ha sido el sujeto de muchas curiosidades morbosas.

El Tibetano afirma: “El abuso de la sustancia y la prostitución de la materia para fines perversos es un pecado contra el Espíritu Santo”. Fue este pecado, el más grande de todo su peregrinaje, el que Hércules cometió en Virgo, cuando no comprendió que la reina de las Amazonas tenía que ser redimida por la unión; no muerta. De nuevo el Tibetano enfatiza una y otra vez el hecho de que es

“por medio de la humanidad que una consumación de “sutil” eficiencia se producirá, la que hará posible la expresión del todo”.

Nosotros cometemos, no obstante, el error de Hércules cuando olvidamos que el triángulo de la Trinidad es un triángulo equilátero, con todos los ángulos de igual importancia, para el logro del Plan.

(Astrología Esotérica).

Es en Virgo, después de la completa individualización en Leo, que se da el primer paso hacia la unión del espíritu y la materia, “la subordinación de la vida de la forma, a la voluntad de Cristo, el morador”.

Los tres regentes del signo Virgo ciertamente lo relacionan con otros ocho signos, como ha sido señalado, haciéndolo el signo sobresaliente de la síntesis. Incluyendo al mismo Virgo, tenemos nueve signos o energías accionando recíprocamente, el número de los meses de gestación del embrión humano. Nuevamente “Como es arriba, así es abajo”.

El regente ortodoxo del signo es Mercurio, “la versátil energía del hijo de la mente, el alma”, el intermediario entre el Padre y la Madre. El regente esotérico es la luna, velando a Vulcano. La luna gobierna la forma y se nos recuerda de nuevo que es la voluntad de Dios manifestándose a través de la forma. Vulcano es una expresión de la energía del primer rayo, mientras que la luna ejerce la energía del cuarto rayo. Júpiter es el regente jerárquico representando la segunda Jerarquía creadora (constructores divinos de la manifestación planetaria de la tierra), y aporta la energía del segundo rayo.

El Tibetano señala que Mercurio, Saturno y Venus gobiernan los tres decanatos y nos recuerda que cuando un hombre está en la rueda revertida del discípulo (en sentido inverso al de las agujas del reloj) entrará en el signo a través de la influencia de Venus, mientras que el hombre medio entrará bajo el gobierno de Mercurio. Este es un ejemplo de cómo podemos interpretar mal un horóscopo si no conocemos el estado de evolución del nativo. La astrología mundana, sin síntesis, puede ser muy engañosa y superficial. Alice Bailey solía decir, con un destello en sus ojos, a un novicio que exclamaba cuán exactamente su carta estaba determinando su destino:

“Eso es muy malo, si usted estuviera viviendo por encima del plexo solar, la carta de su personalidad no resultaría tan exacta”.

La carta del alma se usará en la astrología del futuro; no la carta de la personalidad. Esta advertencia se apoya en una positiva declaración del Tibetano:

“El fundamento de las ciencias astrológicas es la emanación, transmisión y recepción de las energías y su transmutación en fuerzas, por la entidad receptora”. Esto define claramente lo que deberá ser nuestra actitud en las meditaciones del plenilunio y nuestro uso de los horóscopos individuales. “El objeto que busco lograr aquí”, dice el Tibetano, “es que todo es una cuestión de recepción y sensibilidad desarrolladas”.

Significaciones del Signo y su Polo Opuesto

En la Sirena, la diosa pez, tenemos el símbolo de la compensación de Virgo con su signo opuesto, Piscis. Siempre hay la dualidad, inherente en nosotros y en el sistema solar; siendo el segundo rayo del mismo sol una dualidad, Amor-Sabiduría. La lección para el nativo de Virgo, como lo expresaba Dane Rudhyar en “Dones del Espíritu”, es tener “una clara comprensión de que ninguna verdad es completa ni siquiera real si no incluye su opuesta, y todo eso ocurre entre ambas”. Recordando nuevamente que ocho energías se mueven a través de Virgo, que es un signo de síntesis, Rudhyar expresa que más bien se requiere la transfiguración que la transformación.

Las tres virtudes requeridas son: tolerancia, compasión y caridad; uno crece volviéndose aún más inclusivo. Una de las útiles interpretaciones dadas en esta explicación sobre la tolerancia, la verdadera naturaleza de la tolerancia, es que, como se la practica, principalmente tiene un matiz de superioridad y condescendencia.

Rudhyar dice:

“La verdadera tolerancia va más profundo que una actitud tal como “vivir y dejar vivir

La que está a menudo no sin mancha de presunción y autocentrada indiferencia hacia todo excepto nuestra propia verdad… Significa etimológicamente “soportar”. ¿Soportar qué? El peso de la necesidad de cambio y crecimiento…

La preocupación típica de Virgo con detalles de trabajo, con la técnica, la salud y la higiene, con la vivisección analítica de sí mismo y de los otros, es realmente una focalización de los negativos valores de crisis”. Si la crisis en Virgo es positivamente enfrentada, entonces, la sustancia misma del conocimiento se renueva y con esta renovación, sigue necesariamente la reafirmación del propósito”.

Para Piscis, el polo opuesto, la nota clave que se da es el coraje, el temperamento del nativo de Piscis es llamado un campo de batalla. Su mensaje es “liberación”, y por la libertad se debe luchar, y ella debe ser ganada, no puede ser un regalo.

El clímax dice:

“Todos los conflictos son absueltos, todas las transiciones se resuelven en los nacimientos de Cristo”, lo que es la culminación del nacimiento del conocimiento latente de Cristo, en Virgo.

Principios Fundamentales

Las alturas y las profundidades de este sexto trabajo, están claramente indicadas en los principios fundamentales del signo. En la rueda común, la orden sale en las siguientes palabras, que constituyen la actividad de Virgo:

“Y la palabra dijo “que la materia reine””.

Después, en la rueda del discípulo, la voz emerge de la Virgen misma, y ella dice:

“Yo soy la madre y el hijo, Yo, soy Dios, Yo, soy la materia”.

El Tibetano agrega:

“Reflexiona sobre la belleza de esta síntesis y enseñanza y sabe que tú mismo has dicho la primera palabra como el alma, descendiendo dentro del seno del tiempo y del espacio en una época remota y distante. El tiempo ahora ha llegado en que tú puedes, si así lo eliges, proclamar tu identidad con ambos aspectos divinos, la materia y el espíritu, la madre y el hijo”.

(Astrología Esotérica, pág. 197).

El primer principio fundamental sintetizado es:

“Cristo en ti, esperanza es de gloria”.

* En lo sucesivo los capítulos estarán basados en las conferencias informales dadas por A.A.B., su material terminado para un libro que se había propuesto escribir Por consiguiente, una reelaboración de sus escritos será ofrecida, más el material de la Astrología Esotérica y de Los Dones del Espíritu por Dane Rudhyar, ninguno de los cuales había aparecido cuando las conferencias fueron dadas en 1973.

Escrito por Alice Bailey

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